Luis Bugarini Fosse

El testamento de Bourdain

El chef tenía la habilidad de presentar el arte de vivir como una forma estilizada de comer, compartir y beber, y en esa arena no había modo de hacerlo mejor que él

La carrera meteórica en las letras del chef y presentador de televisión Anthony Bourdain (1956-2018), incluidas sus incursiones en el cómic, levantó expectativas entre los buscadores de la novedad fuera de los circuitos reconocidos de la producción artística. Dicho entusiasmo, sin embargo, quedó en poco más que algunos títulos de ensayo y narrativa y un memorable programa de televisión para quienes viven como si se tratase de una celebración.

Páginas de Kitchen Confidential: Adventures in the Culinary Underbelly (2000) ―traducido como Confesiones de un chef― crearon expectativas por su forma mordaz de abordar el arte de la cocina, lo mismo que por la aparición de Bourdain al frente del programa No Reservations (2005-2012). Cualquiera que haya visto episodios del serial sabe que el chef tenía la habilidad de presentar el arte de vivir como una forma estilizada de comer, compartir y beber, y en esa arena no había modo de hacerlo mejor que él.

A la par, su modo carismático de viajar por destinos imprevistos y doblar en una esquina desconocida lo colocaron como una figura prominente en un cuadrante hasta entonces inesperado: el chef-escritor-viajero- capaz de extraer nuevos sentidos a nuestra forma monótona de ejercer la vida. Esto, debe decirse, en una época que permitió que los cocineros (ahora llamados “chefs”) tuvieran programas de televisión, de concursos y, con ello, que pudieran actuar fuera de su circuito de acción habitual: la cocina.Anthony Bourdain

Comer, viajar, descubrir (2021) es el último título de Anthony Bourdain, publicado de manera póstuma con el apoyo de un colaborador. Este volumen es una guía incompleta de viajes, con una lista de destinos tópicos, sin ilustraciones o mapas de sitios concretos, con breves apuntes salpicados (a saber si son de él) que apenas generan interés como una compañía real para trasladarse a un destino específico o incluso como un adiós del propio Anthony Bourdain.

Es un testamento pálido e inacabado, que no habría logrado la aceptación del autor que entregó a la imprenta The Nasty Bits: Collected Varietal Cuts, Usable Trim, Scraps, and Bones (2006), notable colección de ensayos alrededor del arte de comer, o las memorias Medium Raw: A Bloody Valentine to the World of Food and the People Who Cook (2010).

He leído a Anthony Bourdain en su tentativa literaria y socarrona y Comer, viajar, descubrir carece de las cualidades mínimas de sus apuntes menos ingeniosos, sus anotaciones sobre hallazgos súbitos o cualquier otra forma de vestigio que nos recuerde quién lo escribió. Es una publicación apresurada, que pensaré se publicó por una indecible nostalgia en quienes lo conocieron, pero que deja una imagen gris de un individuo para quien el sabor y compartir experiencias fueron la sal de la vida. Hagamos como si jamás se hubiera publicado. Créame lector, es lo mejor. Anthony Bourdain se lo agradecerá.Anthony Bourdain

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