Un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) halló vestigios de la antigua Fábrica Nacional de Cartuchos en Chapultepec durante la supervisión de los trabajos de construcción de la calzada peatonal Chivatito, que conectará la primera y segunda sección del bosque.
Los restos relacionados con la fábrica de inicios del siglo XX, así como otros más antiguos que corresponden a tramos de muros de adobe pertenecientes a Casa Mata, el fortín colonial destruido en la Batalla de Molino del Rey contra las tropas estadunidenses en 1847, fueron localizados en uno de los extremos de lo que será esta vía peatonal en el parque Rosario Castellanos.
María de Lourdes López Camacho fue comisionada por la dirección de Salvamento Arqueológico del INAH para dirigir al equipo de arqueólogos que da seguimiento a las obras de la calzada peatonal Chivatito y a las tareas de reforestación.
Para ella, el hallazgo corrobora su hipótesis de que el promontorio que se percibe en el parque Rosario Castellanos, justo en la zona donde se encuentra el monumento a esta literata, no es natural, sino una delgada capa de tierra la que mantiene oculta complejos constructivos de la Fábrica Nacional de Cartuchos que, por su masividad, no pudieron ser derruidos cuando se trasladó a Santa Fe.
En 2016 algunos rescates arqueológicos le permitieron detectar patios de la fábrica y, dos años más tarde, se localizaron otras partes de ésta, la cual “es sumamente importante porque es la piedra angular para la historia moderna del Ejército mexicano en el centro del país”, pues fue el punto desde el que se planeó la conformación de un ejército moderno.
“Antes de la Revolución Mexicana, el Ejército funcionaba de manera dispersa y, al despuntar el siglo XX, se dieron pasos para concentrar la industria militar en un solo lugar, entiéndase la construcción de una infraestructura para el sostenimiento del cuerpo castrense, lo que requirió la fabricación de los propios pertrechos: armas, municiones y máquinas, pero también de uniformes”, explicó.
De acuerdo con la también directora del proyecto Bosque, Cerro y Castillo de Chapultepec, la idea comenzó a tomar forma a finales del siglo XIX durante el gobierno de Porfirio Díaz, a través de la adquisición de terrenos del Rancho Chivatito, pero se concretó hasta la sucesión presidencial de Francisco I. Madero y se fortaleció en la administración de Venustiano Carranza.
La iniciativa permitió una menor dependencia del armamento estadunidense por parte de México en vísperas de la Primera Guerra Mundial.
“El espacio que pudimos liberar se extiende por más de 15 metros cuadrados y cuenta con diferentes niveles de grandes bloques de concreto y hormigón manchados de aceite, a ras de piso y 3 metros por debajo, donde se tienen pequeños túneles que debieron utilizarse para dar mantenimiento a la maquinaria, la cual se ancló con tornillos y varillas de varias pulgadas”, refiere la especialista.
Para finales de la década de 1940, la fábrica cayó en desuso y toda esa maquinaria se desmontó para llevarla a la Fábrica de Pólvora, en Santa Fe; no obstante, el desmantelamiento de ésta no fue total, ya que estas construcciones masivas quedaron para la posteridad, aun cuando el área se convertiría, en los años 50, en parte del Bosque de Chapultepec.
A estos vestigios se suma una cantidad considerable de cartuchos de plomo y de latón, ensayos de cartuchos, fulminantes y balas con el sello FNC, los cuales dan cuenta de la línea de producción que tenía lugar en la fábrica y que están a resguardo del salvamento arqueológico.
Por su parte, de Casa Mata, un fortín virreinal que miraba al cerro del Chapulín, solo se tenía memoria por testigos documentales y utilitarios. López Camacho recuerda haberla visto en litografías y en copas hechas con motivo del Primer Imperio de Agustín de Iturbide (1822), décadas antes de ser escenario de la Batalla de Molino del Rey, una de las más cruentas de la intervención de Estados Unidos; su destrucción, por las tropas de ese país, se debió al equívoco de que ahí se resguardaba parque.
A sabiendas de que restos de Casa Mata podrían encontrarse más al norte, en el mismo terreno del parque Rosario Castellanos, la arqueóloga y su equipo exploraron este sector, encontrándose con tramos de muros de un par de metros y escalones de adobe, así como otros restos de paredes con terraplén de argamasa, pendiente usada en este tipo de edificaciones para evitar ser escaladas.
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Emergen en Chapultepec restos de la Fábrica Nacional de Cartuchos y de Casa Mata
🔹Se localizaron restos de la factoría de inicios del siglo XX y muros del fortín destruido en la Batalla de Molino del Rey.
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— Secretaría de Cultura (@cultura_mx) June 23, 2022