Más de medio centenar de especialistas en el campo de la física, química e historia del arte han unido sus conocimientos a través de un proyecto único a escala mundial que busca preservar el vasto patrimonio cultural de México.
Se trata del Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (LANCIC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se emplea tecnología de punta, así como metodologías innovadoras para el análisis, diagnóstico y conservación de los bienes culturales.
«Nuestro objetivo es fomentar el uso de infraestructuras avanzadas no invasivas, de equipo de punta, de métodos nuevos para el estudio material del patrimonio cultural con fines de conservación para dejar un legado a las futuras generaciones», dijo a Xinhua el titular del laboratorio, José Luis Ruvalcaba.
México cuenta con 35 bienes inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial (27 culturales, seis naturales y dos mixtos) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El también investigador del Instituto de Física de la UNAM comentó que el proyecto multidisciplinario funciona como un laboratorio itinerante, ya que los equipos portátiles de última generación con los que cuenta permiten tener un alcance en cada rincón de México.
«Utilizamos tecnología digital portátil, imagen intraespectral que es una de las técnicas novedosas que nos da información importante de la composición de la superficie de los materiales»
Asimismo, el especialista mexicano dijo que los análisis se realizan utilizando distintos tipos de luces, así como rayos X para determinar si las piezas presentan deterioro, alteraciones por restauración o intervenciones.
«Tenemos la posibilidad de estudiar objetos en las distintas sedes del laboratorio que hay en México, hacer análisis físicos y químicos minuciosos con los que obtenemos información detallada de los compuestos orgánicos que están presente en los objetos», ejemplificó.
Los investigadores han desarrollado instrumentos y modificado otros más para lograr obtener información precisa sin necesidad de dañar las piezas culturales.
«Diseñamos equipos propios para hacer análisis, algunos de ellos están hechos a la medida, son únicos en el país y los podemos llevar casi a todos lados para poder establecer una estrategia de conservación adecuada», refirió el universitario.
En el Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural se han investigado todo tipo de objetos que van desde la prehistoria hasta el arte contemporáneo a través de pinturas, manuscritos, metales, artefactos de piedra, etcétera.
«Hemos tenido la oportunidad de analizar pinturas y piezas procedentes de España, Chile, Ecuador, así como murales del artista mexicano Diego Rivera en Estados Unidos», comentó Ruvalcaba.
Los materiales hablan, continuó el investigador, más allá de lo que relatan sus trazos, las pinturas y aglutinantes usados en un mural cuentan historias no tan obvias, como qué artistas se compartían consejos, quiénes realizaban ciertas técnicas y quiénes tenían un mayor financiamiento.
«Conocer los materiales nos permite recopilar mayor información, mayor conocimiento de los objetos, de las colecciones, con lo cual se revaloran estos objetos pues son lo que dan identidad al país, a la gente y a las culturas que tenemos en distintas regiones de México», dijo.
Igualmente, el científico sostuvo que este proyecto también busca formar recursos humanos de alto nivel, es decir, especialistas que se interioricen en el estudio de colecciones e integración de bases de información para hacer investigaciones interesantes de relevancia nacional e internacional.
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— UNAM (@UNAM_MX) July 23, 2022