En 2019, el puerperio me impidió pensar en conciertos masivos. Sólo envidié en silencio a aquellos que disfrutaron en vivo, en octubre de 2019, a Muse con la gran creación conceptual y experimental “Simulation Theory” en el Foro Sol.
Luego, la pandemia. Nos confinamos entre la incertidumbre y el desasosiego del porvenir.
Muse, imagino, hizo lo propio. La encerrona en el estudio derivó en el álbum Will of the People, cuyas letras reflejan la creciente incertidumbre e inestabilidad en el mundo, con la exploración personal del líder Matt Bellamy.
Así que 2023 fue la fecha marcada para su regreso a los escenarios de Latinoamérica. Y para mí, el año para retornar a los tan amados conciertos multitudinarios.
“My Hopes and High Expectations” me llevaron a imaginarlo como un gran concierto. Así fue.
El trabajo le impidió a esta reportera llegar a ver a las teloneras The Warning. Una disculpa, pero dicen los que saben que las regias “rifaron” y bien.
Su reportera llegó pasadas las 21:00 horas corriendo. Mientras rodeaba el interior del Foro Sol para encontrar su lugar comenzaban a sonar los primeros acordes de “Will of the People”: la algarabía total. Era el último de los dos conciertos en Ciudad de México, debían darlo todo.
Tocaron “Hysteria” y la gente enloqueció. Muse estaba de vuelta y miles de celulares grabando la interpretación lo atestiguaban.
Hasta ese momento, el escenario no lucía nada espectacular, dos largas pantallas custodiando a Matt, Dominic Howard y Christopher Wolstenholme, y detrás de ellos un telón con nubes cuyas tonalidades presagiaban una tormenta… o al menos eso parecía a la distancia.
La potencia de los instrumentos hizo resonar al Foro Sol con “Psycho”.
–Are you a psycho killer? Say ‘I’m a psycho killer’ –gritaba Matt.
–I am a psycho killer –gritaba una masa extasiada con mano cornuda como si tratara de exorcizar los días de confinamiento y enfermedad.
Matt, un frontman sobrio, pero energizante, sólo atinaba a decir: “muchas gracias”. El resto del espacio lo llenaba su prodigiosa voz, capaz de alcanzar tonos altos.
La interacción de Muse con su público es muy diferente a otras bandas. No necesita hablar mucho, porque todo lo expresa con sus letras, música y conceptos futuristas e industriales.
Así lo demostró “Won’t Stand Down”, de su más reciente álbum, cuando a la mitad de la interpretación cayó el telón con nubarrones para dejar ver al mítico personaje con la máscara de espejo presente en “You Make me Feel Like It’s Halloween”.
La develación fue acompañada de llamaradas que iluminaban aún más el escenario.
El público explotó; volaron por los aires algunos vasos con, espero, cerveza. La multitud enardeció.
El ser de inspiración medieval y metalera presente en el escenario atestiguó el resto de la noche en el oriente de la ciudad.
Para entonces era claro: el conjuro Muse había surtido efecto.
“Citizen Erased”, “Compliance” y “Time is Running Out” llevaron las gargantas de los espectadores al límite, incluida a su reportera, que de por sí ya arrastraba dolor de faringe.
Eso no importó para seguir coreando con “We are Fucking Fucked”.
“A life in crisis/ A deadly virus/ Tsunamis of hate are gonna find us/ Ah/ We are fucking fucked…”. Cuánta verdad.
Ya a lo lejos había divisado la curiosa guitarra de Matt con la pantalla táctil que le permite hacer gala de un uso magistral de las notas. Un juguete único y llamativo que nos recuerda que Muse siempre está innovando en otro plano.
Sin embargo, para “Uprising” Matt lució una chamarra con un guante musical electrónico, con el que parecía llevar el control de las notas al tiempo que las luces de la prenda se encendían rítmicamente, todo mientras caminaba por la rampa del escenario.
A la distancia parecía que una masa trataba de alcanzarlo, pero las manos se perdían entre el éxtasis de los saltos.
Matt los había embrujado.
La calma llegó con “Starlight”, que con palmas y las luces de miles de celulares, quizá más de 60 mil por el lleno, alumbraron el Foro.
Parecía que llegaba el final. Se apagaron las luces y la gente coreó “¡Muse, Muse, Muse!”
Fueron escuchados. El encore fue brutal. “Kill or be Killed” hizo volar otra vez los vasos de “cerveza”.
El punto final fue “Knights of Cydonia”, la gente y su servidora gritaron al unísono:
“No one’s gonna take me alive/ Time has come to make things right/ You and I must fight for our rights/ You and I must fight to survive…”
Y sí, aquí seguiremos luchando por sobrevivir en tan convulsionada sociedad… pospandémica.
Hasta pronto, Muse.
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📸 • @theworkofjar pic.twitter.com/i90o59g8iE— muse (@muse) January 27, 2023