El Encuentro Movimientos Transversales, presentado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de su Coordinación Nacional de Danza (CND), dará inicio con las funciones de la pieza El bobo, en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo del Centro Cultural del Bosque.
Lo que queremos crear todo el tiempo es una conexión entre el intérprete y el público
El jueves 4, sábado 6 y domingo 7 de mayo, la agrupación Motos Ninja, dirigida por Nicolás Poggi, presentará este montaje unipersonal que desarrolla la idea de aquello que ocurre con el cuerpo de un artista en escena. La obra trabaja con los estados físicos y mentales, no solo del intérprete, sino también del espectador.
“Bajo la premisa de sorprender, de romper las estructuras de la danza para buscar otros tiempos, otros ritmos, otras energías, lo que queremos crear todo el tiempo es una conexión entre el intérprete y el público”, señaló Poggi.
En cuanto a su propuesta escénica, el público estará dispuesto alrededor del escenario y del intérprete, teniendo una cercanía inmediata con éste, pues la idea es mostrar lo que pasa con el sudor en la piel del bailarín, con su cuerpo cansado y estresado, que no parará de moverse durante los 45 minutos de duración de la pieza y que cada vez lo hará con mayor intensidad.
Esta obra ocurre en un espacio de ficción, con acciones cotidianas deformadas que componen su estructura coreográfica, misma que irá fracturándose mediante ritmos repetitivos y modulaciones cambiantes, culminando en una fiesta con música electrónica.
“No hay tema específico, es danza contemporánea que busca que el público piense y reflexione y pueda reflejarse o encontrar coincidencias con su vida. El bobo quiere ser ese espacio donde lo contemplativo y lo reflexivo es importante”, expresó el director.
Poggi comentó que hay un par de preguntas que surgen a partir de esta obra: ¿qué es lo monstruoso? y ¿hay belleza en lo monstruoso? De tal suerte que, a lo largo de la obra, El bobo se va transformando desde una representación de esculturas románticas hasta algo monstruoso y desarmado, algo estructurado que se va desestructurando.