Una mujer mandaba en la Edad de Cobre ibérica

Análisis de última generación de proteínas concluye que era una Dama de Marfil la de mayor estatus hace 5 mil años
Ilustración: Miriam Luciánez Triviño.
Ilustración: Miriam Luciánez Triviño.

Una opulenta tumba de 5 mil años de antigüedad, correspondiente a la Edad de Cobre y descubierta en 2008 cerca de Sevilla, España, fue adjudicada por los arqueólogos a un líder de élite al que llamaron el Hombre de Marfil, cuyos restos estaban rodeados de colmillos de elefante, cáscaras de huevo de avestruz y una daga de cristal.

Hoy, sin embargo, un análisis de última generación de proteínas ha develado que se trataba de una Mujer de Marfil y los investigadores aseguran que ningún hombre de la época tuvo un estatus comparable en esa sociedad, de acuerdo con una nota de Celina Zhao publicada en Science y basada también en información de Scientific Report.

El arqueólogo Roberto Risch de la Universidad Autónoma de Barcelona, ​​que no participó en el estudio, dice que los resultados confirman lo que muchos sospechaban: las mujeres prehistóricas ejercían autoridad y prestigio, desafiando las suposiciones modernas sobre los roles de género en el liderazgo. Esta perspectiva actualizada “encaja mucho mejor con nuestra comprensión de la Edad del Cobre en el Mediterráneo occidental”, dice.

Valencina, cerca de Sevilla, se extendía sobre 450 hectáreas durante su apogeo en la Edad del Cobre, entre 3200 a. C. y 2200 a. C. En ese momento, dice Risch, habría sido un poco como “la ciudad de Nueva York de Europa”. La riqueza emergente tanto de la caza productiva como de la agricultura financió una era de creatividad, dice, y creó un centro para el comercio, el intercambio de información y los banquetes.

Zhao escribe que la mayoría de los íberos de la época fueron enterrados en tumbas de grupo. Sin embargo, la tumba descubierta en 2008 contenía solo un ocupante. “Basándonos en el esqueleto, que no estaba bien conservado, el diagnóstico inicial fue que probablemente era un hombre”, dice el coautor del estudio, Leonardo García Sanjuán, arqueólogo de la Universidad de Sevilla.

Pero un equipo dirigido por Marta Cintas-Peña de la Universidad de Sevilla recurrió a una técnica relativamente nueva que examina la amelogenina, una proteína que forma el esmalte y es mucho más resistente que el ADN. Los cromosomas sexuales masculinos y femeninos tienen diferentes versiones del gen que lo produce y, por tanto, producen diferentes proteínas. Al analizar las proteínas de amelogenina dentro de dos de los dientes del individuo élite, los investigadores confirmaron que la tumba contenía a una mujer.

Su desarrollo esquelético, dice Science, sugiere que sólo tenía entre 17 y 25 años cuando murió. Los investigadores plantean la hipótesis de que ella no heredó su riqueza y estatus porque los entierros infantiles de esta época carecen de ajuar funerario, lo que sugiere que el prestigio no se heredó. Proponen que la Dama de Marfil tenía carisma u otras habilidades únicas que la colocaban por encima de otros miembros de su sociedad. Y no tuvo miedo de ensuciarse las manos: sus huesos muestran signos de duro trabajo físico.

“Este es un líder que predica con el ejemplo”, dice García Sanjuán. “Ella no tenía una vida de comodidad o lujo”.

Una pieza notable de marfil encontrada en su tumba es un colmillo completo de un elefante africano, que debe haber venido de ese continente. Los isótopos en sus huesos sugieren que en su mayoría vivía localmente, pero si hubiera viajado a otras regiones, podría haber tenido una ventaja en la sociedad, dicen los investigadores. “La movilidad es algo que está muy relacionado con el poder”, dice Samantha Scott Reiter, del Museo Nacional de Dinamarca, que no participó en el estudio.

Cerca de su cuerpo también se encontraron rastros químicos de vino, cannabis y cinabrio, una forma de mercurio brillante de color escarlata que puede usarse como pigmento o inhalarse e ingerirse. Para los autores, estas sustancias sugieren que ella estuvo involucrada en rituales religiosos.

Escribe Zhao: “Un conjunto cercano de entierros de la Edad del Cobre, publicado anteriormente, respalda la idea de que las mujeres de la región tenían el poder. Ubicada 100 metros al sur de la tumba de la Dama de Marfil, una estructura abovedada contiene las únicas tumbas con un nivel de opulencia cercano al de la Dama de Marfil, que datan de dos o tres generaciones después de que ella viviera. De las 20 personas enterradas en la cámara más grande, se ha confirmado que 15 son mujeres de entre 20 y 35 años. Algunas mujeres vestían prendas elaboradas hechas de cuentas talladas en conchas marinas, incluida una túnica de cuerpo completo. Todas estas mujeres tenían niveles muy altos de mercurio en los huesos, probablemente debido a su exposición al cinabrio. El equipo especula que pueden haber sido sacerdotisas, con la Dama de Marfil como antepasado religioso fundador”.

 

 

 

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