Uno de los beneficios de la investigación científica es que la ampliación de los conocimientos en un área conduce a avances en otras. En Estados Unidos, las investigaciones diseñadas para proteger a los astronautas de la exposición a la radiación en el espacio están ayudando a combatir el cáncer en la Tierra.
Un astronauta que trabaja en la Estación Espacial Internacional durante seis meses se expone a tanta radiación como si se hiciera mil radiografías de tórax, según la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA).
Por ello, financia investigaciones científicas para medir los efectos de la radiación en los astronautas. Aunque la radiación a la que se expone la gente en el espacio difiere de las exposiciones potenciales en la Tierra, cualquiera de ellas puede afectar el cuerpo y pudiera conducir a mayores riesgos de cáncer y otras enfermedades.
“Queremos poder determinar antes el riesgo para poder tomar algunas medidas contra ello o limitar el tiempo de vuelo”, afirma Honglu Wu, científico jefe del Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston.
En 2002, la NASA financió un estudio que analizaba cómo secciones del ADN humano pueden ayudar a medir la exposición a la radiación de una persona a lo largo del tiempo y evaluar los posibles daños en el ADN que puedan conducir a un mayor riesgo de enfermedad.
Como parte del equipo presidencial “Cancer Moonshot” utilizamos investigaciones de la Estación Espacial Internacional (@ISS_Research) para ayudar a terminar con el cáncer tal como lo conocemos.
Estas investigaciones aportan datos para desarrollar pruebas aprobadas por Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos que ayudan a los médicos a detectar mutaciones de ADN que puedan incrementar los riesgos de enfermedades, identifican pacientes en riesgo y ayudan a seleccionar los mejores tratamientos.
“Con esa detección mejorada, podemos ayudar mejor a médicos y pacientes a tomar decisiones acertadas sobre las opciones de tratamiento”, afirma Annette Burkhouse, responsable de asuntos médicos de la empresa de biotecnología Promega, con sede en Madison (Wisconsin), que ha desarrollado la prueba, denominada “OncoMate MSI Dx Analysis System”.
El presidente Joe Biden se ha fijado como objetivo nacional reducir la tasa de mortalidad por cáncer en al menos 50 por ciento en los próximos 25 años. Este Cancer Moonshot también pretende mejorar la vida de las personas con cáncer, sus familias y los supervivientes.
La prueba de mutaciones del ADN es sólo un ejemplo de investigación financiada por la NASA que conduce a avances científicos que mejoran nuestro mundo. Otros incluyen más de 2 mil productos (en inglés) y descubrimientos que ayudan a luchar contra covid-19, abordar los desafíos mundiales respecto al agua, ayudar a los equipos de rescate y proporcionar datos para la computación en nube.
“Proyectos de investigación como el que la NASA financió con Promega hace años conducen a cosas inesperadas”, dijo Burkhouse.
El Laboratorio Nacional de la Estación Espacial Internacional solicita propuestas de investigación que, de llevarse a cabo en el espacio, podrían hacer avanzar los tratamientos y diagnósticos del cáncer, incluido el desarrollo de sistemas de administración de fármacos más específicos y eficaces, según la NASA.
En la lucha contra el cáncer, las tecnologías de la NASA diseñadas para detectar señales de radio en el espacio producidas por el hombre así como para afinar las imágenes del telescopio espacial Hubble han mejorado la detección precoz del cáncer de mama en las mamografías, lo que ha dado lugar a mejores resultados sanitarios.
“Acabar con el cáncer como lo conocemos tiene el poder de salvar vidas, unir a nuestro país e inspirar al resto del mundo”, declaró en julio de 2022 el administrador de la NASA, Bill Nelson.
As part of the President’s Cancer Moonshot team, we’re using @ISS_Research to help end cancer as we know it. https://t.co/zJwHZP2ZwV https://t.co/HWKQASXdoW
— NASA (@NASA) September 12, 2022