Rehusamos explorar otras dimensiones. Acotamos la realidad al mundo tridimensional y cincosensorial. Gravitamos en una realidad acotada e incompleta. Pero a veces escapamos a otra dimensión, la que aparece en los sueños.
La mayoría de las veces despertamos libres de recuerdos. Nuestras andanzas en esa realidad paralela desaparecen con la luz diurna. Pero a veces hay escenas inconexas y confusas que permanecen.
¿Sueñas en color o en blanco y negro? Eso no importa. En general se mezclan tonalidades grises y a veces es posible un color predominante e, incluso, tonalidades de blanco. Los esquimales reconocen treinta. Pero la paleta cromática no importa. No es un elemento esencial. Los sentimientos y emociones sí.
Si en nuestra realidad convencional la vista es el sentido predominante para asir la realidad, los mensajes de los sueños se confeccionan para ser “leídos” con el cuerpo mental, donde están la imaginación, recuerdos, emociones y sentimientos. Un sueño no se traduce con la inteligencia racional o lógica, sino con el cerebro límbico o reptiliano.
A lo largo de la historia el sueño nos conecta con las profundidades o esencia. En la literatura, por ejemplo, se emplean como herramientas narrativas para explorar la psicología de los personajes. A través de los sueños, los autores pueden presentar los pensamientos más profundos, miedos ocultos y deseos reprimidos de sus protagonistas.
A través del tiempo, el sueño aparece como un elemento lleno de sabiduría y misticismo.
Sueños que son visiones, que son deidades
En el Antiguo Testamento, Dios se comunicaba con sus siervos a través de visiones y sueños, y estos mensajes también fueron dados a los apóstoles y profetas. Los sueños en la Biblia se utilizan como una forma de comunicación divina para proporcionar guía, revelación y orientación.
La Biblia contiene muchos relatos de sueños, algunos de los cuales son muy conocidos. Por ejemplo, en el Libro del Génesis, José interpreta los sueños del faraón y predice una gran hambruna en Egipto mientras que en el Nuevo Testamento, un ángel se aparece en un sueño a José para decirle que no tema tomar a María como esposa.
Dicen que los sueños son experiencias psíquicas que se producen durante el estado de inconsciencia. Pueden estar influenciados por recuerdos, emociones, expectativas y deseos de quien sueña. Se les otorgan diferentes significados e interpretaciones a partir de la perspectiva científica, psicológica o espiritual que se adopte. Sin embargo, creo que tienen un nexo con otras dimensiones o mundos, con una sabiduría que solemos rechazar, pero que intuitivamente nos guía a buscar su decodificación.
Los sueños son una de las voces de Dios, creador, principio, arquitecto del mundo o dimensión espiritual. Pero sin importar el nombre que se le dé, es un acercamiento a una sabiduría inaccesible con el método científico. Es la puerta a un mundo donde subyacen intuición y los consejos de los seres amados que ya trascendieron.
Por ello nadie puede decirte el significado de un sueño. Ningún libro puede develarlo. Un sueño es algo único que no debe develarse a los otros. La traducción se logra con el propio y único marco referencial que poseemos, con nuestros credos, vivencias, interpretaciones y sombras.
Ningún sueño es fortuito. Posee un trasfondo lleno de directrices y significados. Los mensajes pueden resultar insulsos a otros. Para el destinatario representan oportunidades y vida, como cuando alguien despierta feliz, porque uno de sus progenitores que ya vive en el cielo le develó: estoy contigo.