Gérard Depardieu, “el último monstruo sagrado del cine francés”, como reza la etiqueta más común de una legión de seguidores, ha logrado que 56 integrantes de la élite cultural sacaran la pluma para firmar un desplegado en Le Figaro, con autorización del propio actor, en el que alegan “un linchamiento” y sentencian: “Cuando atacamos así a Gérard Depardieu, atacamos al arte”.
Y, por supuesto, ha vuelto a incendiar a la opinión pública, los medios de comunicación, la clase política y ahora el mundo cultural, que ha reaccionado por fin, dividido, después de la carta de apoyo ante las denuncias por abuso sexual que datan de 2018 y a las que ahora se suman otra la semana pasada, de una periodista española, y severos señalamientos de la actriz Sophie Marceau. Hasta ahora, 16 casos.
El amigo de Putin
Depardieu ha devenido sinónimo de escándalo. Reacio a pagar impuestos en su país, se refugió en Rusia, donde Vladímir Putin lo recibió con alfombra roja y desde entonces no son raros los intercambios de elogios entre ambos personajes. Sus posiciones a favor de Israel, en medio de los frecuentes conflictos de esa nación con sus vecinos, han sido otro factor de división ya no sólo en el mundo del cine, sino en todos los ámbitos.
Hoy las tomas de posiciones por esta nueva provocación del actor, protagonista de clásicos de la cinematografía como El Conde de Montecristo, Danton y Cyrano de Bergerac, han llegado a todas las esquinas de su patria: desde las feministas y el MeeToo global que abjuran de él hasta el presidente Emmanuel Macron, que le ratifica su respaldo y lo llama “genio”, y desde los medios que lo caricaturizan hasta personajes como Victoria Abril, Vincent Perez, Carla Bruni y Emmanuelle Signer, firmantes del apoyo.
El versátil actor, también estrella de la divertida comedia ¡Cállate! con Jean Reno, está acusado por violaciones desde 2018 y en el centro de un escándalo por un reportaje de Complément d’enquête que lo exhibe hablando de sexualizar a una niña. Sobre el respaldo se dijo “muy feliz” y declaró a RTL: “Me presentaron esta carta, me pareció hermosa, así que le dije a su autor que podía ser publicada”, agregó, aclarando que no había llamado a nadie ni pedido ayuda, aunque deslizó: “Muchos se han negado”.
Frente a la embestida por las nuevas denuncias y el retiro de su estatua de cera en el parisiense Museo de Grévin, Depardieu ha negado todo y dice que jamás ha abusado de una mujer, aunque los testimonios lo refutan. Marceau ha recordado a su colega, con quien trabajó en el filme Police (1985), como “un depredador jugándole al sadomasoquista perverso”, mientras que la presidenta de la Fundación de Mujeres, Anne-Cécile Mailfert, a dicho a AFP: “Lo que vemos es cómo un séquito se organizará y usará argumentos como que es un monstruo sagrado, es un genio, para proteger a alguien. Será muy difícil para las víctimas hablar y presentar una denuncia”.
Emmanuelle Dancourt, presidenta de Metoo Media, también expresó su disgusto en BFMTV: “Me entristece, estoy aterrada porque tengo la impresión de que hay una mala interpretación: cuando escucho hablar de un torrente de odio que se derrama sobre Gérard Depardieu, para nada es eso”.
Entre los firmantes, 32 hombres y 24 mujeres, hay actores, escritores, cantantes, músicos y un académico. Pero sobre todo un nombre llamó la atención, el de Pierre Richard, embajador de la asociación Les Papillons (Las Mariposas), que lucha contra el maltrato infantil. En redes sociales, Laurent Boyet, presidente de la ONG, anunció la separación del actor: “Conocíamos su amistad pasada con Depardieu, nacida de las películas que rodaron y de una concepción de vivir bien. Pero hay actos y palabras que no se pueden aceptar o excusar, incluso en nombre de cualquier amistad”, justificó Boyet.
Gérard Depardieu se vuelve portada
Los medios no han dejado pasar la oportunidad. El polémico tabloide Charlie Hebdo ilustró una portada reciente con una caricatura del actor y un encabezado que reza: “Depardieu cambia de sexo” más un globo de diálogo en el que éste sentencia: “Ahora ya están contentos”. Libération, en tanto, presenta en la tapa un cartón con unos sonrientes Depardieu y Macron sentados sobre un estandarte de MeToo.
En la popular emisión Saturday Night Live de la NBC, dos actrices caricaturizan a Brigitte Bardot y a Catherine Deneuve, ambas inmensas figuras del cine francés que han sostenido polémicas contra las posiciones feministas en el pasado reciente, con un sketch en el que banalizan el tema y la primera acaba pidiendo la liberación de Harvey Weinstein, el productor encarcelado por múltiples acusaciones de violación en el entorno de Hollywood.
Además, la ministra de Cultura, Rima Abdul Malak, menos condescendiente que su jefe Macron, anunció la semana pasada que se estudia retirar la Legión de Honor al actor, que por lo demás se apresuró a responder que pone el premio a disposición de la funcionaria. El equipo legal de Depardieu explotó contra ella por “participar en el linchamiento mediático” contra su cliente y por incurrir en “una intrusión inaceptable en un proceso en marcha”.
Los seguidores del actor han respondido que nadie dijo nada cuando se entregó la distinción a Mussolini, a Franco, a Putin y a Asad, pero ponen el grito en el cielo con Depardieu.
La polémica va para largo.
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Les Américains caricaturent, à peine, Brigitte Bardot, Catherine Deneuve et toute cette France moisie qui vole au secours des agresseurs sexuels comme Gérard Depardieu et ses consorts.
— Café Littéraire ☕️ (@C_litteraire) December 24, 2023