Nacida en Guasave, Sinaloa, en 1964, Selene Chávez es una pintora y escultora que se especializa en plasmar sentimientos, momentos y retratos que hablan de la naturaleza del ser humano.
“Siempre en mi obra ha estado presente el ser humano, ha sido mi tema principal. Lo que más me interesaba era capturar su esencia, ha sido como una búsqueda constante, intentando describir no solo lo que vemos a simple vista, lo que somos y sobre todo ese mundo interior que nos conforma”, apunta.
Selene define su vida y su trayectoria en diferentes etapas, desde su origen sinaloense, donde vivió sus primeros años, su traslado a Jalisco a los 16 años para iniciar sus estudios de Diseño Gráfico en la Universidad Autónoma de Guadalajara; su matrimonio y migración a Villahermosa, Tabasco, donde pasó 22 años y descubrió una faceta importante de su profesión: la pintura de y para infancias, por lo que en 2004 fundó el taller Pintura Infantil Creativa.
Desde 2014 radica en Ciudad de México, donde asegura tener tiempo para aprender y concentrarse en su carrera. Tomó clases de escultura y cerámica en un taller independiente bajo la dirección de la reconocida maestra en cerámica Patricia Marcos.
“Ahí nace otro amor en mi vida, me vuelvo loca de, no sé, de la conexión que se establece a través de la escultura y encuentro una herramienta más para expresar mi arte”, asegura.
En 2017, Selene, tomó clases con el ceramista Héctor Monroy a quien conoce en una exposición donde le solicitó tomar clases con él en el Centro Cultural Independencia del IMSS.
“Esa ha sido una etapa hermosísima en mi vida y fue una experiencia maravillosa. Todavía sigo en el taller, ya no bajo la dirección de Héctor Monroy porque murió hace dos años, pero ahora estoy con otro maestro, Antonio Pimentel, que también es un escultor muy reconocido”, apunta.
Como artista multidisciplinaria, menciona que siempre le ha gustado explorar el mundo interior del ser humano, “ese santuario donde habitan nuestros sueños, anhelos y nuestros más íntimos deseos. Cuando me piden que describa qué es el arte, pues es tan solo eso, un intento por plasmar esas emociones y sentimientos para traerlos a una realidad de ese momento. En esencia ese el tema de mi obra”.
Todas esas ideas y conocimientos los trasladado a su arte, y ahora trabaja una serie de colecciones: La creación, obras inspiradas en la primera parte del Popol Vuh, que relatan un mundo inerte hasta que el creador decidió generar la vida y la existencia de los seres humanos; Con sabor a México, colección integrada por fragmentos, objetos, historias, tradiciones y recuerdos que le dan identidad.
También está Introspección, la cual dice, es el resultado del viaje a través de las diferentes etapas de su vida. “Ese reencuentro con mi interior, con mis recuerdos, los objetos y vivencias que me definen”.
Además de Donde nacen las estrellas, de la cual menciona que la vida está llena de mágicos instantes que queremos atesorar y conservar en nuestra memoria. “Momentos sentidos y vividos. Reencuentros con nuestro ser, con las personas, objetos o vivencias que nos transportan a eses espacios en el tiempo, a ese lugar Donde nacen las flores”.
También tiene una colección de Arte-Objeto en la cual se expresa utilizando la pintura y la escultura en cerámica, principalmente.
Selene Chávez ganó el concurso del logotipo e imagen corporativa de “Tecno Mueble Internacional 87”, Guadalajara, Jalisco, en 1987; fue finalista en el certamen “Premio de Artes Plásticas Cuitzmala”; mención honorífica con la obra “Nosotros somos los que jugamos”, que participó en el concurso estatal de pintura “Ricardo García Mora 2010”.
Desde 1985, la obra de Selene Chávez se ha exhibido en importantes recintos culturales y galerías en el territorio nacional, cuenta con 11 exposiciones individuales y alrededor de 50 colectivas en México y el extranjero.
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