Cría cuervos… y te sacarán los ojos. Este dicho popular se está convirtiendo en pesadilla en Haití. Y esa pesadilla se ha vuelto un espectáculo dantesco que podemos observar en videos con pandilleros en actos canibalescos devorando a enemigos.
El país se vio envuelto en una espiral de violencia que llevó a la renuncia del primer ministro Ariel Henry mientras él permanecía en Puerto Rico, varado ante la imposibilidad de gobernar a las pandillas que tomaron el control del país. Cabe recordar que Henry asumió de forma interina desde julio de 2021, tras el asesinato del mandatario Jovenel Moïse. Tras su dimisión, será una junta de gobierno la que dirigirá el país en la transición.
Esta crisis humanitaria y de violencia no es la primera en la historia de Haití. No obstante, sí son únicas las escenas fuera de toda realidad donde las pandillas asumen el control del país y los líderes de éstas —como el matón Jimmy “Barbecue” Cherizer— son quienes dan entrevistas y conferencias de prensa.
Aunque empezó como agente de la policía, “Barbecue” hoy es el líder del llamado G-9 y Familia, una alianza de algunas de las bandas más peligrosas en uno de los países más inseguros del mundo.
¿Pero cómo es que se llegó a estos extremos? Muchos son los que han tratado de ver en la pobreza y en la intervención extranjera la causa. Por ejemplo, para Michael Deibert, autor de los libros Notes From the Last Testament: The Struggle for Haiti” y “Haiti Will Not Perish: A Recent History, el embargo está detrás del golpe de Estado de 1990, mientras que la importación de arroz estadunidense destruyó la sociedad agrícola rural (San Diego Union Tribune).
No obstante, llama la atención que así como existe el síndrome del salvador blanco, también coexiste en los paroxismos de la corrección política un afán por disculpar a aquellos que consideramos en desventaja. Porque si bien Haití es un país de pobreza extrema, ha sido la corrupción endémica y la asociación de los gobiernos con las pandillas como brazo armado o grupos paramilitares lo que derivó en este escenario insostenible.
Es la corrupción que permea las instituciones lo que ha llevado al país a la ruina no solo económica sino moral. En 2022 se publicó un reporte de mas de 30 páginas donde se presentaban denuncias por actos de corrupción. El informe elaborado por la unidad anticorrupción del gobierno de Haití consignaba hechos en los que actos de corrupción habían costado unos 500 millones de gourdes (4 millones de dólares), en un momento en que la infraestructura estatal se derrumbaba y se vivía inestabilidad política y aumento de la pobreza.
¿Realmente es el arroz gringo la causa? Hemos dedicado demasiado tiempo a buscar causas cuando es tan fácil aceptar que la pobreza no siempre dignifica.
También te puede interesar:
‘Manosfera’: misoginia disfrazada de irreverencia
Senior representatives from @USAID_Haiti met with #Haiti’s Minister of Agriculture to discuss @USAID’s $106M ag & climate programs, which the gov’t of Haiti agreed is aligned with its market-systems based approach & climate goals, helping to build resilience. #promotestability 🇭🇹 pic.twitter.com/jsG432WoNE
— USAID LAC (@USAIDLAC) December 21, 2023