Fusionar la pintura con el arte tejido en hilos es la expresión que lleva a cabo Viridiana Ortiz, artista plástica y textil potosina, en cuya obra vierte las diversas emociones por las que pasa.
Egresada de la Escuela Estatal de Artes Plásticas de San Luis Potosí, con un diplomado en Laboratorio de Textiles, Viridiana Ortiz nunca imaginó que al tomar dicho curso se enamoraría del arte textil.
“Al terminar la carrera hice mi servicio social en el Centro de las Artes de San Luis Potosí, en donde conocí lo que iba a ser mi pasión: los textiles”.
Realizaba una investigación para su tesina sobre algunos pintores y sus profesores le hablaron de los maestros de Oaxaca, por lo que se trasladó a este estado, donde le dieron un recorrido por todas las variedades de pigmentos naturales, además, visitó una exposición de textileros.
“Eran los pintores que estaba investigando y cuando vi que estaban ahí, pues me voló la cabeza, dije: ‘son como señales del universo’”.
Fue ahí cuando definió el estilo de lo que quería hacer con su arte: “Esto es lo que quiero hacer, pintar como pinto, pero con hilos, y tengo haciendo esto ocho años”.
En entrevista recuerda que inició su camino en las artes plásticas desde que cursaba la licenciatura empezó a pintar y abordó las temáticas de los placeres y las enfermedades mentales.
“Empecé con el tema de las adicciones. Era más del estilo de ir a fiestas, pues tenía 18 años, y a partir de eso veo cosas como el enamoramiento, el corazón, pero también los placeres de la comida, la bebida y las pastillas”.
Al abordar esos temas en sus creaciones terminó su tesina, en la que hablaba de cómo se ven las personas en cuanto a las adicciones o problemas mentales, como la bulimia, la anorexia; la obsesión que puede surgir del enamoramiento. Con esto logró montar una exposición de pintura e instalación llamada Carne mundana.
Tras titularse de licenciatura, Viridiana Ortiz comenzó a bordar, al tiempo de que se fue a vivir a Xilitla, donde consiguió un empleo de maestra en Chichimeztitla, donde durante 2013 dio clases de talla en madera a hombres en la Casa Ejidal.
Posteriormente, buscó a la directora de Bellas Artes Xilitlenses a quien le propuso realizar talleres de textiles “porque ya estaba haciendo obras, a lo que yo llamo ‘Pintar con hilos’”.
“Era mi pasión y, aunque volví al acrílico, me dije: ‘ya no voy a usar pintura, ahora voy a pintar con los hilos’. Fue un superdescubrimiento, me puse a bordar todo el día, lo que quería era seguir creando y logré bordar más de 25 cuadros, que fue un trabajo de un año”.
Con 35 años de vida, la artista potosina ha participado en eventos y exposiciones culturales, como el VII Encuentro de Creadoras Potosinas en la exposición Mujer, materia indeleble, además de montar exposiciones colectivas e individuales, como Carnes mundanas; una instalación de pintura y bordado en la Galería “Teresa Caballero” del Centro Cultural del Palacio Municipal de San Luis Potosí, entre otras.
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