Las momias de 3 mil 500 años de antigüedad desenterradas hace dos décadas en la región de Xinjiang acapararon esta semana la atención mundial, luego de que científicos secuenciaran el ADN de tres muestras de queso encontradas en su lugar de enterramiento, revelando los secretos de los productos lácteos fermentados más antiguos conocidos en el mundo.
El estudio, publicado el miércoles en la revista Cell, presenta una fotografía de las muestras de la Edad de Bronce, cada una del tamaño de una tapa de botella. Los científicos extrajeron y analizaron ADN de los restos antiguos y confirmaron que pertenecen al kéfir, un tipo de queso aún producido y consumido ampliamente. El queso antiguo se elaboraba fermentando leche de vaca y cabra con granos de kéfir, los cuales contenían microorganismos facilitadores de este proceso, como bacterias lácticas y levadura.
El trabajo ha sido ampliamente elogiado por la comunidad científica internacional como un logro sin precedentes. Algunos expertos lo han aclamado por abrir una «nueva frontera en los estudios del ADN antiguo».
«El estudio nos permitió observar cómo evolucionaron los microbios fermentativos en los últimos 3 mil años», comentó la investigadora principal, Fu Qiaomei, científica de renombre mundial del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de la Academia de Ciencias de China.
El equipo investigativo también incluyó arqueólogos de la región autónoma uygur de Xinjiang y expertos en medicina reproductiva de Pekín.
Fu ha estado trabajando en paleogenética, analizando específicamente los orígenes humanos y la evolución con el ADN antiguo. Sus colegas la llaman la «detective del ADN».
La especialista explicó que la investigación del queso duró más de 11 años y la clave de su éxito radicó en sondas de ADN diseñadas por ella misma, las cuales pueden aumentar significativamente la proporción del ADN objetivo, como es el de las bacterias del ácido láctico, desde menos del 1 por ciento hasta un máximo del 80 por ciento del ADN total, permitiendo así reconstruir completamente el genoma del microbio.
Los alimentos fermentados juegan un papel crucial en la vida humana moderna, sin embargo, ha habido una investigación limitada sobre la evolución de los microbios fermentados, debido a la escasez de materiales preservados y los desafíos asociados con la extracción del ADN.
De acuerdo con una de las revisiones del estudio por parte de expertos, la secuencia del genoma es altamente significativa, ya que representa «la primera a partir de una muestra arqueológica», de modo que proporciona valiosos conocimientos sobre la migración y el intercambio a través de las estepas de Eurasia Central, como también acerca de la historia de la fermentación de los alimentos. Por lo tanto, ofrece una contribución sustancial a la comprensión de la dieta y la cultura de nuestros antepasados.
Now online! Bronze Age cheese reveals human-Lactobacillus interactions over evolutionary history https://t.co/YrJTQ5z1nO
— Cell (@CellCellPress) September 28, 2024
Queso, momias y su historia
El descubrimiento también desafía la creencia ampliamente aceptada de que el queso kéfir se extendió desde el norte del Cáucaso hacia Europa y otras regiones, al sugerir una nueva ruta adicional, de Xinjiang al interior de Asia Oriental.
«Es emocionante ver cuánta información se puede recuperar de este queso», destacó el coautor Yang Yimin, profesor de la Universidad de la Academia de Ciencias de China. «Es como abrir una ventana para entender los comportamientos humanos pasados y la cultura que han desaparecido de los registros históricos.»
En 2003, varias momias fueron encontradas en una tumba en el desierto de Taklamakán, pero la más famosa es la de una mujer denominada Princesa de Xiaohe. A pesar de haber sido enterrada hace más de 3 mil 500 años, su cuerpo está muy bien conservado, con su delicado cabello y sus pestañas claramente visibles. Algunos de sus rasgos faciales, como los pómulos altos, se parecen a los de los occidentales, lo que lleva a muchos a preguntarse si los ancestros de los primeros habitantes de Xinjiang eran inmigrantes.
Los científicos aún no han explorado las razones por las que el queso se encontró entre los restos momificados. Sin embargo, investigaciones previas han revelado su presencia, junto a la de arroz, hierbas y mijo en antiguas tumbas de momias, lo cual sugiere que este alimento cumplió un papel destacado en la vida de las personas durante la Edad del Bronce.
«Esto es solo el comienzo y mediante el uso de sondas genéticas, esperamos examinar más microbios antiguos de restos humanos y artefactos», afirmó Fu, autor del artículo publicado en Cell.