Sólo Konstantinos Costa-Gavras podía convertir en amena tragedia clásica las reuniones de la troika del FMI, la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) , en torno a la crisis griega.
El cineasta francogriego vuelve a sus 88 años con A puertas cerradas (Ενήλικοι στην αίθουσα, 2019), otro drama político-social –y ahora económico–, basado en la historia contemporánea de su país natal, que forma parte de las 14 cintas que se presentan en la 69 edición de la Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional, que también tiene en su cartelera Los tomates escuchan a Wagner (Marianna Economou, 2019) y que en febrero de 2018 ya exhibió de Sylvain L´Espérance el monumental Combat au bout de la nuit (Combate al final de la noche, 2016), de casi 5 horas, dentro de la Quebecine, ambos documentales sobre la crisis política y económica en Grecia y la lucha de su ciudadanía para revertirla.
La película nada tiene que ver con la obra maestra sartreana Huis clos (A puerta cerrada); el título en español es otro de los misterios por los que las cintas francesas se rebautizan sin sentido en México, aunque bien podría afirmarse, tras disfrutar el filme de Costa-Gavras, que existencialmente el infierno para los griegos siempre han sido los otros europeos, los bárbaros, en este caso los ogros de la troika.
Costa-Gavras se basa en el libro Adults in the Room: My Battle with Europe’s Deep Establishment (Adultos en el cuarto: mi batalla contra el profundo establishment de Europa), del economista y político Yanis Varoufakis, ex diputado por la Coalición de la Izquierda (Syriza) y efímero ministro de Finanzas griego del gabinete inicial del gobierno de Alexis Tsipras, de enero a julio de 2015, hasta que tuvo que dimitir ante la traición de su primer ministro al firmar un acuerdo impuesto por la troika.
Como el original en griego, el filme en inglés se llama Adults in the room, en referencia a la pregunta de “¿no hay adultos en el salón?”, que dice casi al finalizar una conciliadora Christine Lagarde (Josiane Pinson), directora del Fondo Monetario Internacional (FMI) de la época (desde 2019 presidenta del BCE) y única mujer en las discusiones a puerta cerrada en Bruselas, París, Riga, Estrasburgo o Fráncfort, ante la cerrazón de los hombres de la troika y Varoufakis para destrabar las negociaciones que se llevaban a cabo con prepotente machismo e infantilismo por los participantes, y salir de la crisis.
Varoufakis (Atenas, 1961), interpretado magistralmente por el actor Christos Loulis (Atenas, 1976), sin duda es el protagonista de esta conspiración económica y política en contra un gobierno de izquierda en Grecia, en el más puro estilo de los grandes clásicos de Costa-Gavras, como Z (1969), Estado de sitio (1973) y Amén (2001) o sus dramas sociales, como Desaparecido (1981) y Arcadia (2004).
Con la gran maestría que ha mostrado a lo largo de su carrera, Costa-Gavras (Atenas, 1933) va desarrollando una narración a partir del relato del mismo Varoufakis, en un flash back de revisión política, pero también de denuncia sobre los métodos gangsteriles de la troika y la traición de Tsipras.
A puertas cerradas arranca con el triunfo de Syriza en 2015 que lleva al poder como primer ministro al izquierdista Tsipras (Alexandros Bourdoumis), quien encarga a Varoufakis negociar un acuerdo sobre el memorándum de entendimiento firmado por el anterior gobierno y la troika, que impuso severas medidas de austeridad a los griegos, propició el despido de millones de burócratas y derivó en la crisis.
El drama exhibe la falta de palabra y mentiras de altos funcionarios alemanes y franceses, como los ministros de Finanzas Wolfgang Schäuble (Ulrich Tukur) y Michel Sapin (Vincent Nemeth), respectivamente; e incluso como la canciller Angela Merkel o el presidente François Hollande.
Eso, además de las triquiñuelas y amenazas a Grecia de expulsión de la Unión Europea (Grexit) por parte de personeros de la troika, como Mario Draghi (Francesco Acquaroli), Jeroen Dijsselbloem (Daan Schuurmans). Costa-Gavras, quizá para evitar juicios, pone a sus personajes solo sus nombres de pila
El clímax llega con el referéndum en el que, sorpresivamente y como milagro, los griegos apoyaron con amplia mayoría (62.50 por ciento de los votos) y masivamente (6.1 millones de votantes de 9.8 millones inscritos), en jornada histórica el 5 de julio de 2015, a su gobierno de izquierda y a la postura irreductible de su ministro de Finanzas Varoufakis; y el desenlace se representa con una coreografía de la traición del primer ministro Tsipras al pueblo que inventó la democracia hace 2 mil 500 años.
Como las tragedias griegas clásicas, A puertas cerradas sin asomo de duda también es universal. Uno no puede sino emparentar con la situación de su propio país, las presiones y amenazas de la derecha interna y externa griega y de organismos financieros internacionales sobre un gobierno de izquierda electo democráticamente, que heredó un país ahogado en la corrupción, en crisis, que busca un new deal menos cruel para su ciudadanía. Varoufakis por eso quizás recurre a The Beatles cuando la troika amaga con cortar el flujo de capital a bancos griegos si no acepta el ministro sus condiciones: “Money can’t buy me love”, les responde.
El decimonoveno filme de Costa-Gavras da continuidad así en la Cineteca Nacional al documental del quebequense L’Espérance, Combat au bout de la nuit, sobre la lucha de los griegos contra las medidas de austeridad impuestas por la troika y en defensa de su democracia, cuyo título nada tiene que ver con la novela de Louis-Férdinand Céline, sino que se inspiró en el poema homónimo de Tassos Leivaditis (1922-1988) –con el que arranca el trabajo que implicó 60 horas de filmación–, combatiente y poeta, símbolo de la izquierda griega, prisionero en varias ocasiones en cárceles de islas como Lemnos o Macronisos, por su activismo político y cuyos poemas fueron tachados de subversivos. (Entrevista con L’Espérance)
Nomás hay que recordar que Costa-Gavras adaptó Z de la novela homónima de Vassilis Vassilikos (Kavala, 1933), sobre el hecho histórico de que en muros de Atenas aparecieron innumerables Z (o zei), que significaban “Él vive”, en referencia al diputado griego Grigoris Lambrakis, asesinado en Salónica el 27 de mayo de 1963. Perseguido político como Leivaditis, Vassilikos se exilió en Francia en 1967 durante la derechista Dictadura de los Coroneles (1967-1974), y justamente tras la publicación de Z.
FICHA TÉCNICA
A puertas cerradas (Enílikoi stin aíthousa), Francia-Grecia, 2019, 124 min. Dirección y Guion: Costa-Gavras. Fotografía: Yorgos Arvanitis. Música: Alexandre Desplat. Edición: Costa-Gavras y Lambis Haralambidis. Con: Christos Loulis (Yannis), Alexandros Bourdoumis (Alexis), Ulrich Tukur (Wolfgang), Daan Schuurmans (Jeroen). Coproducción: KG Productions, Wild Bunch, Elle Driver, France 2 Cinéma, Odeon SA. Productores: Michèle Ray-Gavras y Alexandre Gavras. Distribución: Nueva Era Films.