La exposición Ecos de Italia. Libro del Renacimiento Italiano en la Biblioteca Nacional de México exhibe la riqueza de estas obras conservadas en el Fondo de Origen de este recinto a cargo de la UNAM.
Los textos, que en su mayoría pertenecieron a bibliotecas novohispanas, muestran la circulación de la literatura y cultura de ese país europeo —desde el Renacimiento hasta la Edad Moderna— entre lectores novohispanos y de otras épocas.
En ocasión de los 150 años de relaciones México-Italia, y de la Semana de la Lengua Italiana en el Mundo, cuyo tema este año es el libro, la Biblioteca Nacional de México (BNM), en colaboración con el Instituto Italiano de Cultura, lleva a cabo esta actividad.
En el vestíbulo del Fondo Reservado de la Biblioteca, la directora del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, María Andrea Giovine, informó que incluye cinco libros del acervo del Instituto Italiano de Cultura de la Ciudad de México, que prestó unas de sus joyas más antiguas impresas en el siglo XVI en donde sobresalen autores como Maquiavelo, Petrarca y el historiador florentino Guicciardini.
Los textos han sido fundamentales para el desarrollo de la cultura occidental. “No imaginamos la historia de la literatura sin Cervantes o sin Sor Juana, pero tampoco sin Dante, Petrarca o Maquiavelo”, señaló Giovine.
La selección busca establecer, a partir del ámbito bibliográfico, conexiones profundas que el impacto cultural, el Renacimiento italiano y su producción intelectual han tenido en la circulación del conocimiento, destacó.
Varias de esas ediciones conservan rastros de sus propietarios, como anotaciones, censura y otros aspectos materiales, además ofrecen un panorama sobre la recepción de autores e impresos del Renacimiento italiano.
Está conformada por 27 libros del Fondo Reservado, el texto más antiguo es Triumphi (Triunfos) de Petrarca, incunable veneciano de 1492 y, cronológicamente el más actual, es el libro de emblemas Iconología, de Cesare Ripa, impreso en Padua, en 1625.
Ecos de Italia: Amanuenses
En tanto, el director del Instituto Italiano de Cultura de la Ciudad de México, Gianni Vinciguerra, junto con la agregada cultural, Ilaria Giacomi, leyeron algunos versos del canto quinto del Infierno de Dante, cuyos manuscritos autógrafos se perdieron.
Vinciguerra resaltó que, en su época, Dante fue un poeta afamado; sin embargo, su vida errabunda, su exilio, su vagar entre el centro y norte de Italia provocaron la dispersión de sus manuscritos autógrafos. Aunque eran cotizados debido a su éxito en vida, de todas maneras sus autógrafos se perdieron en un lapso breve después de su muerte.
Por ello, “en ninguna biblioteca del mundo podemos contar con una hoja autógrafa del autor de la Divina Comedia, la cual conocemos gracias a la actividad de numerosos amanuenses que se entusiasmaron y fueron copiando a lo largo de los siglos hasta que por fortuna llegó la imprenta, una gran invención que permitió que las obras literarias pudieran difundirse rápidamente y consolidarse para no perderlas”.
Petrarca fue precavido; él sí mantuvo una vida relativamente tranquila, administró sus bienes con gran cuidado, tanto que hoy sabemos que en Arquà Petrarca, Italia, aún se conserva su casa, así como su biblioteca porque antes de morir el poeta, filósofo y filólogo italiano decidió donarla, relató.
Además, inventó el concepto de biblioteca como unidad intelectual y hoy en día constituyen el corazón de las universidades, el granero de la identidad de un país, con relación a una metáfora por Marguerite Yourcenar.
La muestra está dividida en cuatro núcleos temáticos: “Petrarca, precursor del humanismo”; “Distintas obras del humanismo y del Renacimiento”; “Traducción al italiano de crónicas de Indias e intercambios con América”; y “Rastros de lectores”.
La exposición —que se puede apreciar en la Biblioteca Nacional de México— fue curada por el investigador del IIB, César Manrique y Natale Vacalebre, de la Universidad de Copenhague. Permanece abierta hasta el 13 de enero de 2025.
Muestran joyas bibliográficas de la literatura italiana en exposición de la Biblioteca Nacional.
Fue realizada en colaboración con el Instituto Italiano de Cultura, el cual prestó cinco de sus impresos más antiguos.https://t.co/gyUDl4p811
— Gaceta UNAM (@Gaceta_UNAM) November 13, 2024
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