Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han recuperado 60 por ciento de la pintura del mural de seres antropomorfos de la Zona de Monumentos Arqueológicos El Tajín, en Papantla, Veracruz, la cual resultó dañada por el huracán Grace, en 2021, y por un incendio registrado en 2022.
Las labores en el vestigio arqueológico, ubicado en un área denominada Tajín Chico, al norte de la Pirámide de los Nichos, están a cargo de especialistas de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, dirigidos por la restauradora Dulce María Grimaldi Sierra.
Derivado de los daños ocasionados, la especialista informó que se perdió 40 por ciento del material pictórico, por lo cual “el equipo, integrado por 25 personas, entre restauradores, fotógrafos, arquitectos, un arqueólogo y auxiliares de restauración capacitados por la coordinación, centrado en detener los procesos de alteración que sufrió la pintura”.
Para ello, han colocado capas de material sintético que permite controlar la entrada y salida de la humedad, así como evitar la cristalización de sales, que impiden la visualización de la pintura mural.
Grimaldi Sierra detalló que, además, se retiró el material de las intervenciones realizadas en 2007, dañado durante el huracán y el incendio, y se recolocaron resanes y ribetes que ayudan a mantener en buen estado la superficie de los tres murales enclavados en la edificación prehispánica.
Aunado a estas acciones, se eliminaron suciedad, sales y materia orgánica adherida a los muros; se reconstruyeron sectores golpeados por el impacto de la palapa que se desplomó durante el fenómeno meteorológico, y se repusieron fragmentos o elementos arquitectónicos del soporte de la estructura.
También, se retiró el hollín de muros y superficies, mismo que al ser una partícula diminuta, penetra en la pintura, oscureciéndola, detalló la restauradora al destacar el trabajo de registro realizado previamente al huracán, a partir del cual se determinó cuánta pintura se perdió con los siniestros.
La especialista apuntó que ahora se busca devolver estabilidad a los más de 100 fragmentos colapsados, mediante una investigación sobre los cambios de coloración que experimentaron a causa de humedad, sales y el calor del incendio, “esto nos permitirá afinar la información respecto a la técnica pictórica”.
Una de las contrariedades derivadas de este caso, dijo, es que los materiales plásticos colocados sobre la pintura para protegerla de la intemperie, se adhirieron a esta con el incendio, y al intentar retirarlos se desprende la pátina original, de ahí que se evalúa la conveniencia de dejarlos como evidencia del evento ocurrido.
El proyecto de restauración, abundó Grimaldi Sierra, se ha complementado con análisis y estudios específicos para definir y entender la alteración de los colores y los soportes. Esto permitirá establecer las mejores acciones para mantener estable la pintura y disminuir el riesgo de daños en el futuro.
El siguiente paso será lograr el equilibrio en la entrada y salida de humedad y la formación de sales, recuperar todos los niveles de resanes y ribetes, y generar materiales de protección para asegurar una estabilidad más duradera.
La restauradora puntualizó que, en esta tarea de recuperación del patrimonio cultural, se trabaja en la preservación del edificio bajo esquemas de actuación, encaminados a reforzar el vínculo con la comunidad, para que esta revalore su legado.
Manifestación pictórica de seres antropomorfos
El mural de la esquina sur-este, creado durante el auge de la ciudad, entre los años 800 y 1300 d.C., es el más antiguo de los tres, con medidas de 7 metros de largo por 3 de altura; el siguiente, ubicado en la cara norte, mide 20 metros de largo por 1.30 de altura, y se cree que es contemporáneo al anterior o cercano en temporalidad.
El tercero, conocido con el nombre de los Medallones, de aproximadamente 7 metros de largo por 90 centímetros de ancho, se elaboró en una época constructiva posterior, aún no determinada en las investigaciones.
La iconografía representada en las manifestaciones pictóricas corresponde a las culturas del Golfo. Muestra seres antropomorfos o con rasgos animales, algunos de los cuales llevan máscaras, joyería y tocados de plumas. Se observan escudos, elementos asociados con Venus, decoraciones con volutas y glifos que simbolizan el movimiento.
Para su elaboración, los artistas recubrieron el muro con una pasta a base de cal y arena, y utilizaron colores como el azul, verde, ocre, rojo, rosa, blanco y negro.
#ÚLTIMAHORA 🚨 Avanza recuperación de la pintura mural del Edificio I de El Tajín, en Veracruz
🔹Se reforzará la vinculación con la comunidad como medida de protección del monumento.
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📸 Daniel Ponce, INAH. pic.twitter.com/z86k6V5OG1
— INAH (@INAHmx) January 11, 2025
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