“Entre los mejores libros publicados de fotografía sobre México y uno que de ninguna manera es un cliché”
–César Arias, activista y reconocido intelectual, fundador del Jardín Botánico El Charco del Ingenio.
“Mi trabajo trata de revelar un mundo de capas de complejidad y asombro”.
–Janet Sternburg.[1]
El cineasta alemán Wim Wenders, ganador de premios en los festivales de Cannes, Berlín y Venecia, celebrado por películas como Happy Days o Las alas del deseo, dedicó un poema a la legendaria Janet Sternburg, escritora y fotógrafa galardonada, como prólogo al primer libro individual de ella, Overspilling World, The Photographs of Janet Sterburg[2], quien ahora nos transporta con imágenes poéticas bajo un título a dos lenguas: Looking at Mexico/Mexico Looks Back: Miro a México y me devuelve la mirada.[3]
De todos los países del mundo, Sternburg escogió México para hogar y tema de obra. Lo que ella fotografía y escribe no se revela a primera vista, sucede en el espíritu como las epifanías, al ritmo orgánico de capas decantadas, como plumas que fluyen desde una realidad caleidoscópica y se yuxtaponen.
Este libro es una colaboración entre Sternburg y José Alberto Romero Romano, un fisioterapeuta y actor mexicano. Los textos que acompañan a las fotografías de Sternburg están publicados en inglés y español en páginas complementarias, aunque no todas las imágenes presentan un texto; hay algunos silencios que abren espacio al diálogo.
En escenas de lo cotidiano mexicano, la fotógrafa nos muestra muchas de las facetas de las que estamos hechos. Caza reflejos, ofrece figuras como si fueran las hojas de una cebolla traslúcida, imágenes que lentamente aterrizan en nuestro ser para despertar lo que no se había revelado. Lo desconocido hasta entonces.
A medida que se avanza, las siluetas difusas continúan desbordando una multiplicidad de historias, objetos cotidianos y escenas vivas de las tradiciones más arraigadas. Un multiverso que nos asombra e intriga ha sido capturado por la sensibilidad de la artista. Nos cuenta historias globales y a la vez íntimas, usando una técnica que ha desarrollado por décadas, la cual consiste en nunca alterar ni manipular la imagen, a veces usar cámaras desechables o de baja calidad, pero nada de fotomontajes, tan sólo capturar las capas de reflejos y destellos que la naturaleza o los objetos generan.
Vemos una tira de estropajos de ixtle, redondos, que cuelgan de un mecate en la ventana. Los rayos del sol revelan la dorada transparencia de sus fibras y su forma se asemeja a nidos de pájaros. Un objeto sencillo de lo cotidiano, de lo histórico y artesanal abre la conversación. ¿De quién es ese nido de estropajo en la primera página y cuál es su historia? El ojo detrás de la cámara es el de una sabia visionaria. Su mirada revela portales y pliegues en el tiempo, miradas que se complementan. Janet y Alberto recuperan la visión de un niño para acompañar la imagen con un poema. Es la voz de José Alberto Romero.
El resultado de su trabajo causa un efecto sublime. Como en el cuento de Juan Villoro El mal fotógrafo, en el que nos habla de de su padre, el filósofo Luis Villoro, desde la mirada del niño que ya creció, desde la lente de los años transcurridos: “Hubo un tiempo en que vivimos con un fotógrafo invisible. Nos espiaba sin que ganáramos color. Que alguien incapaz de enfocar nos mirara así, revela un esfuerzo peculiar, una forma secreta del tesón (…)”.[4] Lo que en principio parecía un mal fotógrafo que apenas tomaba fotos a postes, automóviles, bancas o jardines olvidados, era en realidad un fotógrafo del alma. Un tema que el autor ampliará más tarde en su libro La figura del mundo.[5]
Así como este padre que parecía lejano cual extraterrestre, al paso del tiempo y desde el otro lado del portal, se revela como el artista sublime que retrató el alma de sus hijos a la distancia ––sin querer afectarles, un instante perfecto, sencillez cotidiana.
La cualidad de ver y conocer más allá de la oscuridad, atrapar los dos lados del embudo ––el retratado y quien retrata–– en la obra de Janet, fue celebrada por Wim Wenders cuando escribió en 2017:
“Ambos lados de la luna”
(…)Ella ha estado persiguiendo estos reflejos,
Ella los ve donde nosotros no los vemos
Imagen sobre imagen
Capa sobre capa
Luz sobre luz
Mundo sobre mundo/(…)”[6]
La reconocida fotógrafa Catherine Opie, en su ensayo “Reflexión” para Overspilling World, escribió sobre el trabajo de Sternburg: “Se nos pide que vayamos más allá de la representación del espacio y entremos en la abstracción de la realidad…” “Los carteles aparecen detrás y superponen la figura en los escaparates, el cielo siempre está presente, el rojo es sangre, está dentro y fuera, y es realmente un mundo desbordante”.
A veces “el mejor retrato es el de quien está suficientemente cerca, pero suficientemente lejos”, escribe Juan Villoro. Sternburg plasma este retrato tan íntimo del alma de México, visto desde afuera, pero también desde adentro.
[1](Warren, 2020)
[2](Sternburg, Janet Sternburg: Overspilling World, 2016)
[3](Sternburg, Looking at Mexico/Mexico Looks Back: Miro a México y me devuelve la mirada, 2022)
[4](Villoro, La figura del mundo, 2023)
[5]Villoro, J. La figura del mundo. Random House, 2023.
Spotlight: Looking at Mexico / Mexico Looks Back by Janet Sternburg https://t.co/g0Ix6jKOFl pic.twitter.com/Ohas4EMdKc
— WhatIsThatBookAbout (@whatisbookabout) February 24, 2025