Quienes hace medio siglo organizaron el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro, mejor conocido como Festival Avándaro, jamás imaginaron que tratar de hacer un Woodstock nacional se convertiría en la verdadera catapulta no sólo para el rock mexicano, sino dentro de la cultura del “Peace & Love”.
Por supuesto que hablar de “¡Avándaroooo…!” es sinónimo de música y “hermandad”, pero también, de acuerdo con los medios de ese entonces, “de drogas, sexo, rock y rebeldía hacia las buenas costumbres y el respeto a los mayores”, en síntesis: libertinaje.
Fueron estos elementos los que hicieron que Eduardo Manzano y Enrique Cuenta idearon, con la complicidad del guionista Mauricio Kleiff, un personaje donde, sin necesidad de caer en excesos, mostraban a un hombre un tanto narcotizado, cabello largo, collares, pantalones de colores, gafas y en un principio, con huaraches.
La primera aparición de Armándaro Valle de Bravo en el programa Los Polivoces, que transmitía el canal 8 de la Televisión Independiente de México, fue cuando un personaje tipo Paco Malgesto entrevista “uno de los 160 mil hippies que fueron a Avándaro, al festival en moto, digo festival sobre ruedas…”, era 1971.
La entrada de este chavo, que traía un “gusano campusano” verde de esponja, fue: “Love & peace”.
En tan sólo 98 segundos Eduardo Manzano lanzó expresiones como “¡qué pasón…!”, “nel…”, “había puro mugroso…”, “simón…”, “de a perrote…”, “yo solórzano” y “chamagoso”, los cuales, por supuesto no eran propios de un guion.
En el sketch presenta a sus padres, uno de ellos interpretado por Ricardo de Loera quien en 1987 se enfundara en el uniforme de Arturo Durazo en la cinta Lo negro del Negro (Benjamín Escamilla Espinosa y Ángel Rodríguez Vázquez).
Programas después se armó un sketch en donde se “presentó” de manera formal a Armándaro y fue junto a su tío don Evodio cuando precisamente Jeremías Valle de Bravo, padre del hippie y hermano de “don Evo” murió:
En 8:21 minutos, junto a Yolanda Liévana y Gerardo Zepeda, Chiquilín, ponen al buen Armándaro en su lugar, luego de quererse pasar de listo y transformar a la dama de compañía de “don Evo” en hippie.
Ya en 1973 cuando el programa cambió a El show de Los Polivoces, Armándaro cobró relevancia en La policía siempre en vigilia (en otro de sus gustados capítulos: Cuidado con los ladrones o lo que es lo mismo…) donde Enrique Cuenca es el comandante de policía y Valle de Bravo el delincuente que siempre es llevado por algún delito a la comandancia.
En estos sketchs en los que normalmente participaban Antonio Zamora Zamorita y Enrique King Reintegro, Armándaro solía utilizar su “gusano campusano” para sorprender a los uniformados y causar la risa del respetable.
Durante los siguientes tres años La policía siempre en vigilia fue parte esencial del show, en la entrada del programa aparecía junto al comandante corriendo en pleno Paseo de la Reforma esquina Bucareli, donde alguna vez estuvo al estatua de El Caballito (ecuestre de Carlos IV, diseñada por el escultor y arquitecto Manuel Tolsá) y que hoy se encuentra en la plaza que lleva el nombre de su autor en el Centro Histórico de Ciudad de México mientras se escuchaba la rola What a Groove de Barry White, hasta que 1976 que la pareja decidió separase.
Por fortuna, Armándaro regresó a finales de 1976 en El show de Eduardo II, aunque con menos presencia.
El Festival de Rock y Ruedas de Avándaro no sólo fue parte de la historia musical, también de la televisiva al dejar a los libretistas jugar con las descalificaciones que Avándaro recibió.
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La policía siempre en vigilia
Entrada de El show de Los Polivoces
Este 11 de septiembre se cumplen 50 años del Festival Avándaro, un concierto de rock realizado en 1971 en Valle de Bravo, Estado de México, que marcó un hito en la escena contracultural del país.
Sigue este hilo y conoce su historia ???
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— Secretaría de Cultura (@cultura_mx) September 10, 2021