El análisis de las heridas de fósiles de Tiranosaurios hallados en Canadá muestra cómo se relacionaban entre ellos para cortejarse o mostrar quién manda aquí. Este estudio del comportamiento de los depredadores más dominantes de su época se ha publicado en Paleobiology y concluye que las mordeduras en las mandíbulas, eran una forma de relacionarse y marcar territorio, muy similar a la de las aves y cocodrilos actuales.
Dilucidar cómo dos individuos de la misma especie se comportaban para marcar territorio o escarmentar a otros de que se acercasen a sus parejas, se hace complicado solo a partir de huesos. Cuanto más tiempo pasa, menos piel y materia queda para apreciar las heridas y entender cómo peleaban. Si se arañaban, arrojaban piedras, o tiraban del pelo, en caso de tenerlo.
Por suerte para los paleontólogos del estudio publicado, los tiranosaurios dejaron cicatrices con heridas profundas, pero no mortales, dándoles una idea de cómo se relacionaban entre ellos. Analizaron quinientos veintiocho elementos de hace 67 millones de años, compuestos por 36 cráneos articulados, huesos, mandíbulas y esqueletos completos. Estudiaron las marcas de las heridas, principalmente causadas por los dientes de otro compañero o compañera de su especie.
Se descubrió que los tiranosaurios se mordían lo suficiente para comunicarse sin matarse. Que se mordían cuando ya habían alcanzado la madurez sexual, entre tiranosaurios de su tamaño. No mordían a los más jóvenes o pequeños.
Tampoco los más jóvenes se mordían entre ellos, y se descarta que fuera una forma de jugar o de aprender a luchar. También es posible que, simplemente, los más pequeños no se atrevieran, o huyeran frente a la amenaza de un adulto cabreado.
En este morderse la cara, los tiranosaurios adultos se aproximaban los unos a los otros de lado, chocaban y mordían sus mandíbulas con movimientos controlados y reiterados. Se rajaban con los dientes, pero no se ensañaban clavándolos en puntos fijos o en profundidad. Si eso sucedía, era en muy pocas ocasiones.
Eran insistentes con las mismas partes de la cara. En el artículo que recoge el estudio, su autor principal, Caleb M. Brown, comenta que «Se desconoce la razón por la que se instigaban mordiéndose la cara, pero podría estar relacionado con la competencia por el territorio, los recursos o las parejas. Con establecer una jerarquía de dominación, o como ritual de cortejo».
Morderse como forma de cortejo, para marcar el territorio o aproximarse, es algo que hacen otras especies de osos, reptiles, y pájaros, también. De hecho, la manera de abordar las mandíbulas y morder de los dinosaurios de este estudio es muy parecida a la de los cocodrilos y aves actuales, los representantes vivos de sus antepasados «arqueosaurios», a los que se asocia evolutivamente a los tiranosaurios, también.
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I don’t normally do tyrannosaurids, but as a special Xmas treat for Day 13 of #AdventDinos #FossilFriday here’s the admittedly spectacular skull of Bistahieversor from the Late Cretaceous of New Mexico, which I saw on display in DC, although it lives @NMMNHS #NHMdino ??? pic.twitter.com/aze8SwOj2u
— NHMdinolab (@NHMdinolab) December 13, 2019