Calaverita de los Nobel
Estaba paseando la Muerte
cuando oyó amargas quejas
sobre músicos y otras gentes
galardonados por sus letras
Ofendidos e indignados
urdieron así una conjura
los ya fallecidos premiados
con el Nobel de Literatura
Pensaban cómo acabar
sin que hicieran muecas
a los chiflados de atar
de la Academia Sueca
Que un león del África,
rey fiero, haga su ley,
propuso con su rúbrica
el terco Hemingway
Hagamos un laberinto
y de soledad se acaban,
dijo Octavio Paz sucinto
alzando su voz atiplada
Que se mueran de risa,
Fo ofreció su comedia,
y verán cómo de prisa
lo suyo será tragedia
Mas el Gabo, pensativo,
jugando con mariposas,
tiró abajo a buen motivo
el plan para llenar fosas
Aquí ninguno hay vivo
que pudiera regresar,
así que en definitivo,
el asunto va a fracasar
Muy tristes se quedaron
pensando cómo vengarse
y a su suerte culparon
al no poder desquitarse
Pero se presentó la calaca
con carcajadas de alegría:
yo seré la daga afilada
para que sufran la agonía
Hubo vítores, cantos y versos,
aplaudieron a su campeona,
incluso hicieron dos encargos
que a la lista sumó la bribona
Además arrastra a Bob Dylan
y de una vez a un tal Gurnah,
imploraron así los dos Mistral
tras de la flaca haciendo fila
Y respondió: Al roquero ya,
para amenizar las veladas,
del otro, ni la menor idea,
sólo lo conocen en su casa
Calaverita de las Islas
Maldiciendo en CU su suerte
caminaba tristeando la Muerte
“A ningún ánima he llevado”,
en Las Islas se vio llorando
Mas pronto a sus fosas
llegó consuelo ahumado
descanso dio a sus ansias
aroma a petate quemado
Aquí me quedo un rato
del viaje disfrutando,
total que sin empacho
la verde rolan rolando
Se dispuso la calaca
a gozar de los efectos
cuando una muchacha
sacó chispas y truenos
“Esta hierba sí que pone,
que hasta esqueletos veo
dándose un toquesote
con la bacha en su hueso”
“Es alucine”, dijo otro,
“un espanto”, respondió
un tercero, y sucedió
que nadie dio con ello
Enervada la calaca
no dio importancia,
pero aquella audacia
la pagaron a la mala
A la hora del monchis
quiso la Muerte papas
pero por la cannabis
olvidaron las viandas
Ahora verán, jipiosos
a guadaña me vengo
que con mis antojos
un entripado he hecho
Y llamó a Auxilio UNAM
la furiosa huesuda, una
acción que a la gente
de plano la dejó muda
Mejor era el cementerio,
se oyen los ayes de esos
que por no traer monchis
no vieron descanso eterno
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— Carlos Sánchez Morán (@condesm) October 31, 2021