Cuando el escritor Abdulrazak Gurnah, de origen tanzano y residente en Inglaterra desde los años 60 del siglo pasado, ganó el premio Nobel de Literatura en 2021, pocos de sus libros estaban traducidos al español, apenas tres: Paraíso, En la orilla y Precario silencio.
Eso cambió con la presentación del siguiente título que se suma a Ediciones Salamandra, El desertor, publicado en inglés en 2005. El auditorio Juan Rulfo de la FIL no fue suficiente para albergar a todas las personas que querían escuchar a Gurnah hablar de viva voz sobre su novela, charla que tuvo con el escritor y periodista mexicano Ricardo Raphael.
Una ronda de aplausos los recibió cuando tomaron lugar en el escenario y, antes de comenzar, Mayra González, maestra de ceremonias, agradeció a Sigrid Kraus, quien estaba entre el público y que fue la directora editorial de Salamandra hasta que esta fue adquirida por Penguin Random House.
Raphael asumió su papel de guía o una especie de profesor, pensando sobre todo en aquellas personas que todavía no se han acercado a la prosa de Gurnah, y que tendrán su primera dosis con El desertor.
Así, invitó a los asistentes a pensar de qué —o de quién— han desertado en diferentes ocasiones de su vida, ya que los personajes de esta novela deben tomar decisiones que, en algún momento u otro, les convertirá en los que abandonan o son abandonados.
Si bien la trama no quiere convertirse en una clase de geopolítica o comercio, sí es buena idea entender por qué su autor decidió situar gran parte de ella en un país africano del centro del continente en 1899.
La elección de la época «no fue aleatoria», expresó el escritor, porque fue una época en que la sociedad europea colonizadora comenzó a acercarse a los territorios de África, y sus habitantes todavía no los veían como la amenaza en que se convirtió algunos años más adelante.
Explicó que decidió expresar estas transformaciones en las dinámicas sociales y culturales por medio de sus personajes, entre los que destaca una pareja: Martin Pierce, un viajero inglés que se refugia en una ciudad costera de África Oriental y se enamora de Rehana, una joven local.
Gurnah reflexionó que si esta historia se desarrollara ahora tal vez no tendría el mismo efecto, porque ahora ya existe un multilingüismo, diversidad cultural y de religiones, y quizá ya no se siente tan disruptivo como hubiera sido hace más de 100 años.
«Martin, Rehana y su familia cercana viven las amenazas de esa situación, pero también de la necesidad de comprender al otro». Sin embargo, la obra no se concentra únicamente en 1899, sino que intenta responder cómo esa historia de amor traspasa, trasciende y toca otras generaciones, ya bien entrado el siglo XX. Al respecto, el autor dio a entender que era una consecuencia lógica, porque «en nuestra identidad hay generaciones cuyos silencios y voces nos van atravesando».
El Nobel no tiene nada qué ver: Abdulrazak Gurnah
Antes de terminar la charla para luego dirigirse al área de firmas de autógrafos en el área Internacional, Raphael le preguntó qué consejo le daría, especialmente después de ganarse el Nobel, a alguien que va comenzando su carrera de escritura sobre cómo contar una historia.
«No sé qué tiene que ver el Nobel», dijo sin darle tanta importancia al reconocimiento, «pero le diría que desde que empecé a escribir no se me ocurrió que iba a ganarlo».
Claro está, eso no quiere decir que no lo deseaba o que no aceptó con gusto cuando recibió la llamada de la Academia Sueca, sin embargo, aceptó que «no existe un consejo en particular, o al menos no uno muy ingenioso, más que escribir», y hacerlo incluso cuando existan dudas o incertidumbres.
«Uno tiene que confiar de alguna forma, por muy complicado que parezca, que lo que intentas hacer es importante», pues así logras llegar a alguien que reconocerá una verdad en la propia búsqueda literaria.
Recordó una de las tantas veces en que otra editorial rechazó uno de sus manuscritos al inicio de su carrera. «Pensé que tal vez no sería bueno para esto, o sí lo soy y tengo que ser paciente. ¿Lo sigo haciendo o pongo todo esto en una caja y lo escondo debajo de la cama?».
Por suerte, Abdulrazak Gurnah no fue un desertor del oficio y ahora llena los auditorios más grandes de la industria editorial, mientras cientos de personas se adelantaron a la zona de autógrafos para apartar una de las fichas disponibles para llevarse su firma en un ejemplar de sus libros.
📖 ¡Abdulrazak Gurnah, Premio Nobel de Literatura 2021 en la #FILGuadalajara!
El destacado escritor tanzano ofreció una conferencia magistral en la que compartió las claves de su obra, marcada por su dedicación a la verdad y su profundo compromiso con los temas de colonialismo y… pic.twitter.com/KygWe5pl3C
— FIL Guadalajara (@FILGuadalajara) December 2, 2024
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