La escritora Alice Munro, considerada la “maestra del relato corto contemporáneo”, fue la primera canadiense en ganar el Premio Nobel de Literatura en 2013, sus cuentos han aparecido en revistas como The New Yorker, Atlantic Monthly o The Paris Review y han sido traducidos a trece idiomas.
La madrugada del lunes 13 de marzo la autora falleció a los 92 años, sufría demencia desde hace años, por lo que vivía bajo los cuidados de un asilo en Ontario, confirmó su familia.
Alice Munro es autora de 14 volúmenes de relatos, varias antologías y una novela; a lo largo de su dilatada trayectoria ha recibido numerosos galardones, entre los que destacan el Governor General’s Award (en tres ocasiones); el Giller Prize (en dos); el National Book Critics Circle Award; el Rea Award; el Lannan Literary Award y el Premio Ennio Flaiano.
Además del W. H. Smith Literary Award; el prestigioso Man Booker International Prize, que le fue otorgado en 2009 por «la gran contribución de su obra al panorama literario mundial», y el Premio Nobel de Literatura, que recibió en 2013 por «su maestría en el arte del relato».
Entre sus obras destacadas están La vida de las mujeres (1971); Demasiada felicidad (2009); Mi vida querida (2012); la selección de sus mejores relatos, que ella misma compiló bajo el título Todo queda en casa (2014); ¿Quién te crees que eres? (2019); Algo que quería contarte (2021), y Danza de las sombras (2022).
Alice Munro, en sus manos el cuento está completo
Alice Laidlaw Munro nació en Wingham, Ontario, Canadá, el 10 de julio de 1931, la hija mayor de un granjero y maestra de escuela, según relata Robert Thacker en la biografía que publico para el sitio del Premio Nobel.
Más allá de los hechos de esta historia familiar y personal, estos antecedentes son algo que los lectores de Alice Munro conocen por su trabajo. Las historias de Munro están ambientadas y extraídas en su mayoría del condado de Huron, Ontario, y elaboran su gente, su cultura cambiante y su forma de vida.
Como Munro le dijo una vez a un entrevistador: “Estoy embriagada por este paisaje particular, en casa con las casas de ladrillo, los graneros derrumbándose, los parques de casas rodantes, las iglesias antiguas y pesadas…”
Cuando tenía 11 años en 1942, era una lectora. Ha escrito sobre su temprano entusiasmo por Lucy Maud Montgomery y por La historia infantil de Inglaterra de Dickens, y para entonces también había descubierto Los idilios del rey de Tennyson.
Fue la mejor estudiante de la promoción de 1949 y también recibió una beca para dos años en la Universidad de Western Ontario en Londres, teniendo la calificación más alta en inglés de todos los estudiantes que presentaron su solicitud allí.
Al comenzar sus estudios en Western ese otoño, Alice Munro inicialmente estudió periodismo, pero pasó a inglés con honores en su segundo año y ganó el premio de ese año por las mejores calificaciones en la especialidad.
En la primavera de 1950 apareció su primer cuento publicado en Folio, la revista literaria universitaria; A esa historia, Las dimensiones de una sombra, le seguirían dos más allí. Durante la universidad, dedicó aproximadamente la mitad de su tiempo a lo académico y la otra mitad a escribir.
Con solo 20 años, Alice se caso con James Munro en Wingham el 29 de diciembre de 1951 y partieron hacia Vancouver en tren inmediatamente después de una cena de bodas; sólo asistieron los padres, los hermanos de Alice y dos amigos cercanos.
Su primera hija, Sheila Margaret, nació en octubre de 1953; una segunda, Catherine Alice, nació a finales de julio de 1955 pero, al carecer de riñones funcionales, murió el mismo día; Jenny Alison siguió en junio de 1957.
A principios de 1967 comenzó a gestarse la publicación del primer libro de Munro, lo que cambió las cosas para ella. Con la publicación en 1971 de Vidas de niñas y mujeres, historias interconectadas llamadas novela que se convirtió en un cri de coeur feminista, la reputación de Munro creció aún más, y lo hizo en una época de creciente nacionalismo cultural en el Canadá inglés.
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Munro sabía que su matrimonio había fracasado y a principios de los años 1970 decidió dejarlo. Entonces estaba trabajando en las historias que se convirtieron en Algo que he querido decirte (1974), su tercer libro.
En 1977, Charles McGrath, un joven editor de ficción del New Yorker, compraría Royal Beatings y cuando apareció esa historia, el New Yorker compró otra, The Beggar Maid. Los editores sabían que en Munro tenían un verdadero hallazgo, por lo que desde 1978 tiene un contrato de derecho de preferencia con el New Yorker y en total ha publicado allí 72 contribuciones.
En octubre de 2013, justo después de que se anunciara el Premio Nobel de Literatura de Munro, el neoyorquino volvió a publicar El oso vino sobre la montaña (1999-2000) como homenaje a uno de los suyos.
Desde el principio hasta el último (cualquiera que sea el último), las historias de Munro la revelan como una artista consumada que se encuentra sin lugar a dudas entre los maestros más consumados del cuento. Y de ficción en prosa. En sus manos, el cuento está completo, entero.
The world has lost one of its greatest storytellers.
Alice Munro was captivated with everyday life in small-town Canada. Her many, many readers are, too. She will be dearly missed. pic.twitter.com/sOCfx6M3AL
— Justin Trudeau (@JustinTrudeau) May 14, 2024
Un verdadero genio literario: Trudeau
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, consideró a Alice Munro una de las mejores narradoras del mundo, pues “sus cuentos sobre la vida, la amistad y la conexión humana dejaron una huella imborrable en los lectores. Orgullosa canadiense, deja un legado notable”.
Recordó que la escritora desarrolló gran parte de su trabajo en el condado de Huron y sabía que iba a ser escritora en su adolescencia, ya que continuaría escribiendo numerosas colecciones de cuentos en su estilo revolucionario y convincente que ha influido en los escritores modernos.
“Un verdadero genio literario, Alice Munro recibió muchos premios a lo largo de su carrera, en particular tres Premios Literarios de Ficción en Inglés, un Premio Booker Internacional y un Premio Nobel de Literatura, lo que la convirtió en la primera canadiense en recibir este honor. Su trabajo también ha sido adaptado a varias películas aclamadas”.
Trudeau, a nombre del gobierno de Canadá, ofreció su pésame a la familia, amigos y muchos fans, pues “su creatividad, compasión y don para la escritura seguirán siendo una inspiración para generaciones”.
