Amélie Nothomb

Amélie Nothomb: Busqué escribir un Evangelio del cuerpo con ‘Sed’

Se trata de la vigésimo octava novela publicada por la escritora belga, quien suele recordar que apenas publica una fracción de los libros que escribe por año

Amélie Nothomb escribió finalmente la novela de su vida, Sed (Soif), un “Evangelio del cuerpo”, como ella lo llama, el relato muy a su estilo de la crucifixión de Jesucristo, narrado en una primera persona.

Se trata de la vigésimo octava novela publicada de Nothomb (Kobe, Japón, 1966), quien suele recordar que apenas publica una fracción de los libros que escribe por año, por lo que desde Hygiène de l’assassin (1992), su primer éxito, Sed (Anagrama, 2022) vendría siendo el manuscrito 93 en su carrera.

La autora belga presentó la traducción al español de su novela (a cargo de Sergi Pàmies) en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, en una rueda de prensa a la que ya se está habituando la editorial Anagrama: presencial para periodistas locales y virtual, vía Zoom, para los de América Latina.

Amélie Nothomb
La escritora Amélie Nothomb en la presentación de su libro.

Dos años antes de escribir Sed, una revista había pedido a Amélie Nothomb un artículo sobre el Vía Crucis de Jesús, sin saber que la familia de la escritora es “la más católica de Bélgica”. Una casualidad, pues ella había meditado durante casi toda su vida sobre la posibilidad de escribir una historia de Cristo, pero no se había atrevido hasta que la edad –cumplirá 56 años en julio– la llevó a decidir hacerlo ahora o nunca.

Sed no tiene nada que ver con este encargo de la revista, es un proyecto más antiguo, el más importante de mi vida, llevo 50 años de premeditación. Tenía tres años cuando mi padre me habló de Jesucristo; de inmediato me di cuenta que había encontrado a un súper héroe y sabía que de algún modo u otro me acompañaría durante mi vida. No sabía que iba a ser escritora, por lo que eso no entraba en mis proyectos, pero cuando empecé a escribir me di cuenta que tendría que hacerlo sobre él, pero también que no se iba a realizar de un día para otro, necesitaría adquirir músculo”, explicó.

Amélie Nothomb, en ese sentido, consideró el resto de sus novelas una práctica de muchos años para llegar a Sed, su versión de Jesús, como las de Nikos Kazanzakis o de José Saramago, que disfrutó tanto. Contó que se encontraba en París en 2018 cuando de repente le llegó el apremio y se dijo a sí misma: “Mira tu edad, vas a empezar a envejecer, vas a perder todas tus fuerzas. Ya sé que no estás lista para escribir este libro, pero tírate al agua porque después será demasiado tarde”. Y dio forma a la novela de su vida.

Subrayó que ella no quería escribir la historia de Jesucristo, que se ha escrito tantas veces, sino la historia de la crucifixión, que le planteaba el problema. Tampoco –dijo– buscaba un libro de religión, aunque reconoció que ya enfrentó problemas con integristas religiosos y con ateos, sobre el resultado.

Amélie Nothomb
La escritoria belga, Amélie Nothomb

Nunca dudó sobre cómo iba a escribir Sed. De entrada, en primera persona, porque para escribir sobre la crucifixión debía ser como tener una cámara y estar dentro de Jesús.

“Viví la escritura en primer grado, fue muy dura, quizás la más dura de todas mis novelas. Cada mañana, cuando me levantaba, pensaba: ‘Ahora tienes que volver a la cruz’. Y por supuesto no tenía ganas, pensaba que sería demasiado duro para mí, pero esto me permitió también vivir algo comparable durante cuatro meses a lo que Jesús vivió aquella noche”, expuso Amélie Nothomb ante la prensa catalana presente en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona y la que la seguía virtualmente desde Latinoamérica, una región que la escritora ama y a la que espera volver cuando mengue la pandemia.

Planteó que ha leído bien los Evangelios reproducidos en la Biblia, pero que a su juicio lo que les falta es el cuerpo. “La crucifixión es una historia del cuerpo. Intenté escribir un Evangelio del cuerpo. Por eso el libro no podía tener otro título que Sed, para mí la sed es la unión entre el cuerpo y el espíritu”.

El título de Sed es una metáfora perfecta para la insatisacción que Nothomb subrayó en su Jesús. En una presentción previa para público francófono, la autora recordó que aunque hay un sustantivo en el diccionario de la lengua francesa para definir el momento en que un sediento se ha saciado (étanchement), se trata de un  hapax legomenon, es decir un término que sólo se ha usado una vez en la lengua y fue en Los alimentos terrestres, de André Gide.

“No es un libro religioso, no hay blasfemia, es una novela, es una persona que acepta un dolor infame, mi reto era explicar este misterio, de ahí que haya sido novela, porque es la única manera de poder escribir y entender una situación como esta”, expuso Amélie Nothomb, quien más adelante dijo que para ella el sufrimiento que acepta Jesucristo le causa indignación.

En el volumen, de apenas 71 páginas, fiel al estilo breve de su autora, un Jesús demasiado humano cuenta la historia de su pasión desde un momento atemporal, a partir del juicio al que es sometido por Poncio Pilatos, que desemboca en la crucifixión, pero con guiños hacia el futuro que Cristo ya conoce y que marca a partir de citas de autores de siglos venideros, como Marcel Proust.

Amélie Nothomb
Amélie Nothomb, escritora belga.

Como en las novelas de Kazantzakis y Saramago, el Jesús de Nothomb tambiénes un hombre que ama a una mujer, Magdalena. La lógica de la autora implica que, al ser Cristo un hombre que ama, sensual, es imposible que no haya sentido amor carnal por una mujer, en particular por María Magdalena.

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