El productor Morris Gilbert asegura que su musical Anastasia “es casi perfecto”. Se equivoca; es perfecto, majestuoso, un trabajo que, sin importar que diga la historia, sublima un drama del siglo XX.
No por nada las mentes detrás del exitoso musical de Broadway, Lynn Ahrens y Stephen Flaherty, presentes en el estreno en Ciudad de México, afirmaron que es la mejor puesta en escena que han visto.
Que Mariana Dávila no haya sido seleccionada para el protagónico en 2019 muestra la exigencia para encarnar a la heroína de este cuento de hadas al que se le supo sacar provecho, primero con un filme animado y después al convertirlo en uno más de los éxitos de Broadway ya representado en 32 idiomas.
La artista regiomontana misma reconoce que en ese primer casting para el papel más importante de su carrera no estaba lista para encarnarlo, por lo que, en lugar de desanimarse, se preparó mejor, mucho.
El resultado es una Mariana Dávila que de inmediato se apoderó del personaje de Anastasia y conecta casi con magia no sólo con el público, sino con sus compañeros de elenco con mucha más experiencia.
La noche del jueves 3 de agosto se estrenó en el teatro Telcel la versión mexicana de esta producción musical de Lynn Ahrens y Stephen Flaherty y libreto de Terrence McNally, con alfombra roja y público que ya desde la función previa para prensa abarrotó la Plaza Carso a pesar de los aguaceros y el tráfico.
El musical comienza en 1906, con Anastasia niña (Sara Smith) despidiéndose de su nana (abuela), Marie Fiódorovna (Irasema Terrazas), que se muda a París y en recuerdo le obsequia una cajita de música; la elipsis lleva a un baile de salón en 1917 en la corte de su padre en San Petersburgo, el zar Nicolás II de Rusia, en el que irrumpen los revolucionarios bolcheviques, que asesinan a la familia real.
La única sobreviviente es Anastasia, que pierde la memoria y vive en las calles rusas como Anya. La historia real es que la gran duquesa Anastasia Nicolaieva Romanova también fue asesinada con sus padres y hermanas por los bolcheviques el 17 de julio de 1918, a poco más de un mes de cumplir 17 años. La versión de que sobrevivió se volvió mito y muchas mujeres se quisieron hacer pasar por ella.
Quizás en el significado del nombre de Anastasia (Resurrección) ya estaba implícito que habría de renacer en 1997 cuando se estrenó la película de la 20th Century Fox y dos décadas después el musical.
A los personajes históricos de Anastasia (Mariana Dávila) y su abuela María (Irasema Terrazas) en el musical se les van sumando otros a medida que avanza la trama ambientada en 1927, ya en Leningrado (el nombre que le dieron los bolcheviques a San Petersburgo en honor a Vladimir Ilich Lenin) y París.
Gleb Vaganov (Carlos Quezada), comisario del nuevo régimen e hijo del hombre que disparó contra los Romanov, pero no pudo matar a Anastasia, busca a la sobreviviente en una Rusia llena de miseria y hambre. Mientras, Dmitry (Javier Manante) y su amigo Vlad Popov (Manuel Corta) quieren conseguir a una joven que se haga pasar por Anastasia para cobrar la recompensa que ofrece su abuela María. Después de audicionar a prostitutas en un teatro, encuentran a Anya, una joven barrendera, que los convence, aunque en realidad justamente es la gran duquesa que ahora tiene 26 años y padece amnesia.
Ante la persecución de Gleb, Anya y Vlad convencen a Dmitry de huir a París, donde Popov buscará a su ex amante de la corte del zar Lily (Gloria Toba, magnífica siempre), dama de compañía de María.
El escape en tren por las estepas rusas rumbo a Polonia y luego Francia, es casi épico en Anastasia.
Y uno de los momentos más exquisitos del musical es justamente cuando la heroína y su abuela se miran por primera vez en más de 20 años, durante una función de El lago de los cisnes, el ballet clásico de Piotr Ilich Tchaikovski, en un teatro en París, al que suelen llegar los inmigrantes y exiliados rusos.
Al tema que interpretan todos los protagonistas principales (Cuarteto de ballet) se le da un toque de metateatro muy elegante, al incorporar casi de manera cinematográfica a un grupo de bailarinas en escena para ellos. Uno de los momentos más lúcidos y espectaculares de esta producción majestuosa.
Gilbert recordó que hace 27 años que inició su aventura con los musicales producidos por Ocesa, se prometieron que en los repartos sólo iban a estar los papeles ocupados por la gente con talento para ello. Al respecto, la productora Julieta González recordó que al principio no tenían actores que fueran cantantes o bailarines, pero que en la actualidad todo el elenco ya posee la preparación en todo ello.
El nivel de preparación de todo el elenco no deja duda en los temas musicales, como los que interpreta Anastasia (Dávila), “Al soñar” y “Viaje al pasado”, o el dueto entre Anastasia y Dmitri (Manante) “La noble y el vulgar mortal”, o incluso la sarcástica “La rueda de prensa” y el dueto de Vlad (Corta) y Lily (Toba).
Al elenco se suman Roberto Alamán, Paula Calva, Melissa Ortega, Esteban Juárez, Samantha Salgado, Irma Flores, José Antonio Domínguez, Éric Santiago, Carlos Salazar, Abel Fernando y Majo Rangel.
Después del gran éxito de Aladdin, se augura que Anastasia llevará a otro clímax la escena mexicana.
Unas fotos para la historia… pic.twitter.com/D5AvnirVTn
— Morris Gilbert (@morrisgil) July 31, 2023