Sarai AguilarMUAC: violencia disfrazada de arte

Entre Bad Bunny y “No se habla de Bruno”: ¿qué hay detrás del fenómeno?

Más allá de letras soeces, estamos viendo la consolidación de un gusto musical que lleva años cocinándose de manera imperceptible para muchos

Los conciertos de Bad Bunny en México para la gira World’s Hottest Tour mantiene a sus seguidores atentos para conseguir boletos para sus presentaciones en Monterrey y Ciudad de México. Para algunos causó sorpresa la rapidez con la que se acabaron las entradas a pesar de sus precios exorbitantes.

Causaba sobre todo estupor en muchos adultos el considerar que había cientos de miles de personas dispuestas a pagar esas sumas, de acuerdo con sus estructuras y bagaje cultural, por algo que no es considerado ni música ni un espectáculo artístico.

Primero hay que dejar en claro algo clave. El objetivo de este texto no es una defensa de las letras o canciones del reguetonero Bad Bunny. No obstante es un fenómeno interesante el poder ir más allá de las letras llenas de palabras altisonantes y de contenido sexual explícito para tener una lectura clara del tema.

Más allá de letras soeces, lo que estamos viendo es la consolidación de un gusto musical que lleva años cocinándose de manera imperceptible para muchos.

En el otro extremo de ese fenómeno está Lin-Manuel Miranda, otro músico puertorriqueño de mucho mayor prestigio, creador del exitosísimo musical Hamilton, director de cine y compositor de bandas sonoras para películas, y quien aprovecha el mismo ritmo para resignificarlo.bad bunny

Y es precisamente Miranda quien hizo que el mundo volteara hacia la canción «No se habla de Bruno”, que compuso para la película animada de Disney Encanto, la cual destronó a Adele para hacerse con el primer puesto de la lista de popularidad Billboard Hot 100.

“No se habla de Bruno” es un coctel de ritmos latinos que van del son cubano al rap, y en el que participa con un breve fragmento la cantante Adassa, conocida como la reina del reguetón. En la historia reciente, no existe una canción comparable que explique su éxito, el cual solo puede entenderse después del triunfo de “Despacito”.

“No creo que esta canción pudiera haber sido la número 1 hace seis años, antes de ‘Despacito‘”, dijo Leila Cobo, vicepresidenta de Billboard y líder de la industria latina de la compañía, haciendo referencia a Daddy Yankee y Luis Fonsi. Éxito de reguetón que pasó 16 semanas en la cima del Hot 100 en 2017.

Pero no es solo “Despacito” y lo latino, resulta necesario hacer mención a TikTok. Como tantos éxitos de los últimos años, «No se habla de Bruno» ha inspirado a los usuarios de esa red a publicar videos con su música de fondo o tratando de imitar la coreografía de la película. Una conducta ya habitual en esa red, pero el público de edad mediana no termina de entender.

La sociedad es cambiante, dinámica, y las personas somos una urdidumbre de significados producto de nuestras interacciones con el tejido social. El arte y las manifestaciones artísticas son lo social en el hombre, entendiendo que toda manifestación artística es una expresión cultural, no necesariamente un producto de “beaux arts”. No, todos tenemos necesidad de expresar, pero dentro de esa significación personal, que difícilmente seguirá siendo la misma de hace décadas, para bien o para mal. Esa es la elección del espectador.Encanto

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