La energía de Carlos Rivera en el escenario daba para más de las casi tres horas del primero de sus tres conciertos en el Auditorio Nacional, que fueron para celebrar “un montón de cosas”, recordar a los muertos y su duelo, bendecir, maldecir, pero sobre todo para viajar por las canciones del tlaxcalteca.
La víspera de su cumpleaños número 38, Carlos Rivera (Huamantla, 15 de marzo de 1986) subió vestido de capitán del aire al escenario convertido en una plataforma de despegue de un avión virtual, que voló de México a España, pasó por Brasil y volvió a Europa para aterrizar sin más escalas en París.
“Bienvenidos a este viaje a todas partes”, dijo ya en persona el cantautor después de proyectarse un video promocional de su estado natal, Tlaxcala, de hacer comerciales para su marca de tequila y de dejar la responsabilidad de levantar el telón a la joven compositora y tecladista Ale Zeguer, cuyas canciones, la mayoría de desamor, “porque así le había ido a ella en la feria”, recibieron los aplausos,
El Auditorio Nacional estaba a reventar; en la explanada afuera de la reja de entrada, esperaban en largas filas cientos de personas alrededor de las 20:30 horas, la hora programada para el concierto del jueves 14 de marzo, la primera entrega del cantautor que replicará su hazaña este viernes 15 y sábado 16, que seguramente contará con sorpresas para el festejo del cumpleaños 38 del autor de “Bendita tu vida”.
Pero después de saludar a los alrededor de diez mil asistentes al espectáculo y de cantar “100 años” y “Todavía no te olvido”, Carlos Rivera dijo que tenía “un montón de cosas” para celebrar, y aunque no mencionó por pudor su cumpleaños al día siguiente, sí recordó que este es el concierto número 18 con lleno completo en el Auditorio Nacional, además de que hace 20 años apareció en tv en La Academia.
Desde días atrás ya estaba cantado el set list de la treintena de canciones que iba a interpretar Carlos Rivera durante la velada, en la que por lo menos cinco parejas se comprometieron en matrimonio desde sus asientos y en público, en el ritual que impuso el cantante en sus shows cuando interpreta “La carta”.
El detalle chusco se dio al inicio del espectáculo cuando en las lunetas se escuchó el grito desparpajado de una mujer: “Carlos Rivera, hazme un hijo”, mientras el interpelado presentaba su canción “Recuérdame”, tema de la película de Pixar-Disney Coco, supuestamente inspirada en el Día de Muertos, y hablaba del fallecimiento de su padre y de otros familiares, a quienes dedicaba la canción.
Entre divertido y abochornado, con un público que se carcajeaba de la propuesta espontánea, el cantante paró su discurso, se agachaba entre abochornado y divertido, y, después de pedir perdón a su abuela en el cielo por el instante cómico en medio del recuerdo, contestó: “Y me salen bien bonitos”.
Más adelante, como presentación de “Digan lo que digan”, confesó que él componía canciones para maldecir o bendecir, según fuera el caso, porque había gente que se metía en lo que no le importa, que se merecía esas maldiciones a través de las letras de también actor revelación del musical El rey león.
En su viaje planteario desde el Auditorio Nacional, Carlos Rivera canto en la España que dijo haber aprendido a amar, “Alguien me espera en Madrid”, “Deja Amarte” y “Regrésame mi corazón”, con sus bailarines y coristas vestidas de andaluzas y con él mismo haciendo sevillanas y bailando zapateado.
En su escala en Brasil, cantó “Si te vas”, “Siempre estaré aquí”, “Para ti” y “Sincerándome”. Y con un fondo de playa, más adelante hizo otro de sus rituales, subir al escenario a quienes trajeran los carteles más ingeniosos para atraer su atención. Al iluminarse el recinto, de pronto aparecieron cartulinas como hongos, por generación espontánea, y el cantante seleccionó a algunas fanáticas, una que estaba en su despedida de soltera y la que le regaló unos segundos de baile sexy, y un fanático que dijo haber sido “estudiambre” en Mérida y ahora odontólogo, con lo que ya podía pagar un concierto de Carlos Rivera.
Los temas que cantó con los “riveristas”, como los llama, fueron, claro, “Sígueme” y “Amo mi locura”.
Después de la sección nombrada París, donde cantó “La carta” e incitó a los valientes del público a pedirle a las novias matrimonio, Rivera cerró su primer concierto con cinco temas que lo acercaron a la medianoche, y su cumpleaños se acercara sigilosamente mientras el artista interpretaba “Te soñé”.
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Cada noche con @_CarlosRivera es espectacular y única 💫
Nos esperan tres más esta semana con boletos agotados 💥 pic.twitter.com/9seMnSLxW3— Auditorio Nacional (@AuditorioMx) March 15, 2024