Cumple dos años el Santuario Ostok con “boda” de elefantes

Los paquidermos asiáticos hacían suertes en circos; también fueron liberados ya sanos 15 felinos, rescatados de Black Jaguar White Tiger
Big Boy & Bireki, los elefantes asiáticos rescatados. Foto: Santuario Ostok.
Big Boy & Bireki, los elefantes asiáticos rescatados. Foto: Santuario Ostok.

Culiacán. Aunque representa una labor de una década, el Santuario Ostok de Sinaloa cumple dos años y decidió festejarlo no sólo con un banquete para los invitados, sino también con la “boda” simbólica de los elefantes asiáticos Big Boy y Bireki, así como la liberación de 15 grandes felinos rescatados del centro Black Jaguar White Tiger, después del proceso de adaptación y recuperación de salud.

El santuario alberga 500 animales de diferentes especies y Big Boy, de 44 años, es uno de sus primeros inquilinos, rescatado después de ser abandonado por sus propietarios que manejaban un circo, a quien ahora se une Bireki, de 32, también antigua animadora de una carpa, en ambos casos llevados a partir de la reforma a la Ley General de Vida Silvestre de 2015.

Hasta la "Marcha nupcial" les tocaron en la "ceremonia". Foto: Santuario Ostok.
Hasta la “Marcha nupcial” les tocaron en la “ceremonia”. Foto: Santuario Ostok.

“Llegó el momento de que Bireki y Big Boy vivan juntos, haciéndose compañía, tranquilos, en este espacio ciento por ciento natural bajo el cuidado humano que ellos por siempre necesitarán”, explicó el director de Ostok, Ernesto Zazueta, mientras los elefantes posaban junto a un arco con sus nombres en azul y rosa.

Con dos grandes coricos que simbolizaban los anillos de “matrimonio”, la familia de Zazueta unió a los paquidermos y acompañó el acto simbólico con la “Marcha Nupcial” de Mendelssohn de fondo en este santuario creado en el ejido La Campana, al norte de Culiacán.

Bireki fue la primera elefanta asiática nacida en México y su nombre significa “Niña única” en tarahumara; el macho fue víctima de la Ley de Circos, pues a pesar de su aprobación en 2015, vivió cinco años amarrado de sus patas a la carpa que solía ser su hogar cuando fue abandonado.

“Estarán rodeados de naturaleza, pero con los cuidados humanos que cada uno necesita. Como otras especies, están en riesgo de desaparecer en sus territorios de origen por devastadoras actividades humanas como la cacería, el tráfico ilegal, la destrucción de sus ecosistemas, la tala ilegal y la contaminación”, declaró Zazueta Zazueta.

 

 

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