Algunos atletas olímpicos se convierten en íconos culturales

Para algunos deportistas estadunidenses, las competiciones también les han servido de trampolín hacia otros éxitos
Algunos atletas olímpicos se convierten en iconos culturales
Michael Phelps ganó 23 oros en cinco Juegos Olímpicos. Imagen: FB Michael Phelps

Se podría pensar que competir en los Juegos Olímpicos es el éxito definitivo para un atleta, pero para algunos deportistas estadunidenses, las competiciones también les han servido de trampolín hacia otros éxitos o incluso hacia el estatus de icono cultural. 

Los ex olímpicos estadunidenses, que viven un promedio de cinco años más que el resto de los estadunidenses (en inglés), aprovechan bien su tiempo. Muchos actúan en películas, sirven en el Congreso, retransmiten deportes por televisión o promueven causas sociales. Los Juegos Olímpicos de 2024 en París podrían llamar nuestra atención sobre un nuevo atleta olímpico, alguien que dará forma a la cultura estadounidense de una manera inesperada. 

De la piscina a las películas y la televisión 

Johnny Weissmuller dominó los Juegos de 1924 y 1928, ganando cinco medallas de oro en competencias de natación. También ganó una medalla de bronce en 1924 como miembro del equipo estadounidense de waterpolo. Pero Weissmuller alcanzó su mayor fama interpretando a Tarzán en una docena de películas entre 1932 y 1948. 

Algunos atletas olímpicos se convierten en iconos culturales
Clarence Linden Buster Crabbe ganó las medallas de bronce (1928) y oro (1932) en estilo libre, interpretó a Tarzán en una película de 1933 antes de pasar a ser el héroe de acción de una serie de películas de Flash Gordon.

Las películas, que hoy se considera que fomentan estereotipos negativos, presentarían a otro nadador olímpico estadounidense después de Weissmuller. Clarence Linden Buster Crabbe, que ganó las medallas de bronce (1928) y oro (1932) en estilo libre, interpretó a Tarzán en una película de 1933 antes de pasar a ser el héroe de acción de una serie de películas de Flash Gordon. 

Docenas de otros nadadores olímpicos aparecieron en películas posteriores, como el levantador de pesas Harold Sakata, que interpretó a Oddjob, un villano en una de las primeras películas de suspenso de James Bond, Goldfinger. 

Otros nadadores estadounidenses encontraron la fama después de las Olimpiadas. Después de que Mark Spitz tuviera una actuación olímpica increíble al ganar siete medallas de oro y establecer siete récords mundiales en los Juegos de 1972 en Múnich, se dedicó a la publicidad, negociando acuerdos de patrocinio para trajes de baño, maquinillas de afeitar y leche, y apareciendo en carteles que parecían estar por todas partes. Un póster de Spitz con un bañador rojo, blanco y azul y sus siete medallas de oro salpicadas sobre su bronceado cuerpo vendió más de 5 millones de copias. 

Pero quizá la estrella más importante de la natación estadounidense fue Donna de Varona, una californiana que ganó dos medallas de oro olímpicas en 1964. Tras los Juegos Olímpicos, de Varona se convirtió en una de las primeras comentaristas deportivas femeninas de la televisión. En la medida en que también ayudó a fundar la Women’s Sports Foundation (Fundación Deportiva Femenina) para promover la igualdad de trato de las mujeres estadounidenses en el deporte, podría tener algo que ver con el reciente dominio de las mujeres estadounidenses en los Juegos Olímpicos. (En los retrasados Juegos Olímpicos de Tokio de 2020, las mujeres ganaron 66 medallas frente a las 41 de los hombres). 

Embajadores del deporte 

Otros atletas olímpicos han popularizado ciertos deportes en Estados Unidos. Duke Kahanamoku, un hawaiano que ganó cinco medallas de natación en tres Juegos Olímpicos, de 1912 a 1924, es recordado sobre todo por haber popularizado el surf en Estados Unidos.  

La participación de Cathy Rigby en la gimnasia femenina de los Juegos Olímpicos de 1968 despertó el interés de los estadounidenses en esta disciplina, y cuando Mary Lou Retton se convirtió en la primera estadounidense en ganar la medalla de oro en la modalidad general en los Juegos de 1984 en Los Ángeles, la popularidad del deporte alcanzó cotas mucho más altas. Retton ganó cuatro medallas más en estos Juegos Olímpicos. Cinco mujeres estadounidenses han ganado la medalla olímpica de gimnasia en la modalidad general desde Retton. 

Algunos atletas olímpicos se convierten en iconos culturales
A los 16 años, Mary Lou Retton se convirtió en la primera mujer estadounidense en ganar una medalla de oro individual de gimnasia en unas olimpíadas. Foto: Especial

En 1972, cuando ningún corredor estadounidense había ganado el maratón olímpico desde 1908, Frank Shorter lo consiguió en los juegos de Múnich, contribuyendo a impulsar la locura por correr en Estados Unidos. Shorter ganó posteriormente una medalla de plata en el maratón olímpico de 1976. 

El primer maratón olímpico para mujeres se celebró en Los Ángeles en 1984, y la victoria de Joan Benoit, natural de Maine, inspiró a más mujeres a correr. Ahora, casi la mitad de los corredores del maratón de Boston son mujeres. 

Activistas sociales y políticos 

Algunos campeones olímpicos tuvieron un impacto en la cultura estadounidense mucho más allá de su deporte. 

Algunos atletas olímpicos se convierten en iconos culturales
Cassius Clay en Roma 60. Foto: Especial

Cassius Clay ganó la medalla de oro de boxeo en la categoría de peso semipesado en Roma en 1960. Más tarde, tras cambiarse el nombre a Muhammad Ali, boxeó profesionalmente y en 1964 fue campeón del mundo de los pesos pesados. También se convirtió en un crítico abierto de la guerra de Estados Unidos en Vietnam y en un defensor de la igualdad racial. Ali fue elegido para encender la antorcha olímpica en los Juegos Olímpicos de 1996 en Atlanta. 

Los velocistas Tommie Smith y John Carlos protestaron por el trato que recibían los negros estadounidenses levantando los puños enguantados de negro en el podio de las medallas de los Juegos Olímpicos de 1968 en Ciudad de México. Avery Brundage, presidente del Comité Olímpico Internacional, insistió en que Smith y Carlos fueran expulsados de las Olimpíadas. Más tarde, Smith y Carlos se convirtieron en profesores y entrenadores, y continuaron con su activismo social. 

Algunos atletas olímpicos se convierten en iconos culturales
La protesta del Poder Negro de John Carlos y Tommie Smith. Foto: Especial

Un puñado de exolímpicos, entre ellos Bill Bradley (baloncesto), Bob Mathias (decatlón) y Jim Ryun (atletismo) se presentaron a elecciones y obtuvieron escaños en el Congreso de Estados Unidos. 

¿Quién será el próximo olímpico que alcance el estatus de icono cultural? ¿Brillarán pronto en algún nuevo escenario la nadadora Katie Ledecky o la gimnasta Simone Biles? ¿O acaparará los focos un atleta que aún no conocemos con una actuación olímpica memorable? Es una de las razones por las que estaremos pendientes de los Juegos Olímpicos. 

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