¿El adiós definitivo de “Indiana Jones”?

Esta película, que costó 300 millones de dólares más otros 100 de publicidad, se perfila como el fracaso en taquilla del año
Marién Estrada El Niño y la harza Miyazaki
Marién Estrada

La saga continúa.
La saga continúa.

Tras el decepcionante regreso de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal en 2008, después de 19 años de ausencia, las expectativas de la recién estrenada y supuestamente última cinta donde aparecerá el personaje del intrépido arqueólogo han sido enormes. Y aunque la crítica se ha dividido, lo cierto es que lndiana Jones y el dial del destino (2023) sí logra recuperar algo de la mística que hiciera de esta saga un clásico del cine de aventuras.

Realizada en 1981, Indiana Jones y los cazadores del arca perdida, la película que diera inicio a la serie, fue reconocida con nueve nominaciones al Oscar, de los cuales ganó cuatro: Mejor Dirección, Mejor Sonido, Mejor Edición y Mejores Efectos Visuales.

En esta ocasión, ni Steven Spielberg ni George Lucas, creadores del personaje, participaron en sus usuales posiciones de director y guionista como en las cuatro anteriores, aunque se mantuvieron como productores ejecutivos. Resulta que Spielberg sí iba a dirigir la cinta, pero se bajó del proyecto, dejando en su lugar a James Mangold, director de películas como En la cuerda floja (2005) y Logan (2017), quien coescribió el guion con Jez Butterworth y John-Henry Butterworth. Spielberg explicó que su intención renunciando fue “transmitir el látigo de Indy a una nueva generación”.

Lo cierto es que el estreno de la quinta entrega de las aventuras del doctor Henry Walton Jones Jr. vio aplazado su estreno del verano de 2019 al verano de 2020 para luego volver a aplazarse a julio de 2021 y, de nueva cuenta a junio de 2023, cuando pudo ver por fin la luz de los proyectores en las salas comerciales.

Por supuesto en Indiana Jones y el dial del destino Indy mantiene su papel de salvador de reliquias con poderes “especiales” a fin de evitar que caigan en las malvadas manos de los nazis. En esta ocasión, la historia se sube al tema de moda: el viaje en el tiempo a partir de un artefacto ideado por el matemático e inventor griego, Arquímedes. Y en esta ocasión, Indy también tiene a un personaje que lo acompaña en sus aventuras, esta vez es su interesada, cínica y muy antipática ahijada interpretada por la actriz británica Phoebe Waller-Bridge (Fleabag), quien acaba convirtiéndose en protagonista, como triste preludio del futuro de la saga.

Con grandes secuencias del mejor cine de acción como la del tren, ubicada en 1936, y la batalla de Siracusa, dos siglos antes de Cristo; con la actuación garantizada de un Harrison Ford de 80 años retocado por momentos con efectos visuales para verse de 35; con el gran actor danés Mads Mikkelsen haciendo al villano de la historia, la película en su conjunto cumple a lo largo de las dos horas y media que dura. De hecho es una especie de homenaje a los momentos icónicos de la serie: el enfrentamiento con los nazis, los temidos insectos y serpientes, los infaltables látigo y sombrero de Jones, los escenarios monumentales del mundo antiguo, la magistral banda sonora de John Williams, todo esto con un antihéroe que hoy es viejo y amargado, y al que le hubiera gustado, y hubiera sido justo que lo hiciera, despedirse de otra manera; recordarán esto cuando la vean.

Por lo pronto, esta película, que costó 300 millones de dólares más otros 100 de publicidad, se perfila como el fracaso en taquilla del año. Y es que las despedidas no son agradables y menos cuando todo apunta a que lo que sigue nunca alcanzará la gloria de lo que fue la saga de aventuras y el explorador más entrañables de la historia del cine.

 

 

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