Desde hace unas semanas se ha replicado en Facebook un buen número de videos de TikTok con cortos, en varias ocasiones el capítulo completo de El Chavo, uno de los programas de comedia que por sus personajes parecía de sólo entrenamiento, pero que al poner más atención resultaba ser una de las críticas sociales más certeras y sin el uso de tecnología de punta.
Roberto Gómez Bolaños (Ciudad de México, 1929-2014, Cancún) fue un actor que de primera instancia se dedicó a escribir argumentos para otros, como Viruta y Capulina, y con mayor soltura fue creando personajes de comedia pero de corte crítico, como los de Los Supergenios de la Mesa Cuadrada o El Ciudadano Gómez para la Televisión Independiente de México Canal 8 (XEQTV).
Con esos antecedentes, los dueños de esa señal, competidora directa del entonces Telesistema Mexicano Canal 2 (XEWTV), le dieron el sí para tener su propio programa y el 20 de junio de 1971, hace 51 años, salió al aire El Chavo, al que la gente le agregó “del 8” en alusión al canal donde se transmitía. El recibimiento del público fue tal que en un año ya era el programa con mayor éxito, lo que le restaba audiencia y, lo peor, anunciantes a lo que hoy es Televisa.
¡Nos vamos a divertir muchisisísimo!
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— El Chapulín Colorado (@ChapulinRGB) June 22, 2022
Por eso, en 1972 Emilio Azcárraga Milmo, dueño de Telesistema, invitó a Chespirito a cambiar de canal, pero no aceptó. Para entonces ya se le había autorizado también el lanzamiento de El Chapulín Colorado, que se sumaba a los trabajos de sus compañeros de comedia como Viruta y Capulina o Los Polivoces, y hasta programas de concurso como Juan Prirulelo, con Luis Manuel Pelayo, que representaban ya una fuerte competencia.
La reacción fue fuerte: El Tigre Azcárraga entró en pláticas con Grupo Monterrey, propietario del Canal 8, para adquirirlo y la transacción se concretó en 1973. Así, El Chavo, al que seguían diciendo “del 8”, se convirtió en el mejor producto para los anunciantes, y aunque ya lo era sin decirlo, se escuchó al presentador de la serie asegurar: “¡El programa número uno de la televisión mexicana!”.
Después de 49 años El Chavo salió del aire en todas las señales televisivas del mundo luego de que concluyeron los derechos de Televisa sobre la difusión de la obra de Gómez Bolaños. Hoy que algunos de sus cuadros de humor se ven en las redes sociales, este espacio dará cuenta de que aquel programa para nada fue pensado como diversión para pequeños.
En 1994 el comediante y Florinda Meza salían de la Asociación Nacional de Intérpretes. Este reportero, entonces en la Segunda Edición de la Extra de Excélsior, se acercó para pedirle una entrevista y hablar del “programa infantil”.
Aquí lo que contestó: “El Chavo no es un programa infantil, quien lo vea así está equivocado. En un programa infantil no puede haber una viuda (Doña Florinda/Florinda Meza) que se siente millonaria sólo porque es pensionada, mamá de un niño envidioso, presumido y muy bruto (Quico/Carlos Villagrán), y busca que un mediocre maestro de primaria (Profesor Jirafales/Rubén Aguirre), que no puede con sus alumnos, le pida matrimonio.
“Tampoco un viudo, holgazán, zángano, acomodadizo, mediocre y débil de carácter (Don Ramón/Ramón Valdés) que además de nunca pagar la renta tiene una hija (La Chilindrina/María Antonieta de las Nieves) chantajista, mentirosa y que se aprovecha de todos. En un programa infantil tampoco habría una solterona (Doña Clotilde “La Bruja del 71”/Angelines Fernández) que es tal su necesidad de amor que busca embaucar a un tipo como Don Ramón.
“Tampoco habría un millonario (Señor Barriga/Édgar Vivar) dueño de la vecindad con un buen corazón que todos lo tratan como menso, o un niño como Ñoño, un obeso simpático que usa la gordura para defenderse de los demás como si el sobrepeso fuera recomendable. Menos una niña, Popis, igualita a su tía Florinda no sólo en lo físico, también en lo presumida o a alguien como Godínez (Horacio Gómez), un personaje al que no le importa la vida y seguramente terminaría como los oficinistas de hoy.
“Pero, sobre todo, en un programa infantil no puede haber un niño pobre, huérfano, que se le queda viendo a quien trae una paleta de dulce cuando él no tiene para comer ni una torta de jamón. Así que yo no hago programas infantiles, El Chavo retrata la miseria del ser humano, ¡buena tarde…!”.
Espero que desde hoy, amable lector, vea este programa como lo que es, una crítica social.