Programa Fulbright celebra 75 años de movilidad académica

El mecanismo de intercambio de estudiantes, académicos e investigadores ofrece alrededor de 8 mil becas anuales en más de 160 países en todo el mundo.
Sofyan Essarraoui, becario de Fulbright.
Sofyan Essarraoui, becario de Fulbright.

Este año, el programa de intercambio académico internacional del gobierno de Estados Unidos, Fulbright, celebra sus 75 años de ofrecer a estudiantes, académicos, profesores, artistas y profesionales estadunidenses e internacionales oportunidades para resolver problemas globales, tras su creación el 1 de agosto de 1946 luego de la Segunda Guerra Mundial.

El Programa Fulbright fue creado por el Congreso de Estados Unidos, cuando el presidente Harry S. Truman firmó la legislación con la cual surgía el programa, con el objetivo de prevenir conflictos futuros proporcionando a ciudadanos estadunidenses oportunidades para intercambiar ideas y establecer conexiones con personas de otros países.

Los becarios estadunidenses son acogidos en el extranjero, mientras que los internacionales participan en colegios y universidades de Estados Unidos. Los fulbrighters proceden de todos los campos de conocimiento y son seleccionados a través de un proceso competitivo basado en méritos.

Cada año, el Congreso estadunidense asigna fondos para patrocinar el programa y, actualmente, otros gobiernos también contribuyen a éste. Instituciones de educación superior de Estados Unidos y extranjeras, organizaciones no gubernamentales, empresas y donantes individuales también contribuyen con fondos.

De acuerdo con Ralph H. Vogel en su artículo “The Making of the Fulbright Program”, “Un profesor de Oxford describió una vez el Programa Fulbright como ‘el mayor y más significativo movimiento de académicos en la faz de la tierra desde la caída de Constantinopla en 1453’”.

 

Fulbrighters famosos

Entre los ex becarios del Programa Fulbright se encuentran 40 jefes de Estado o de gobiernos actuales o anteriores, 60 ganadores del Premio Nobel, 89 del Premio Pulitzer, entre otros líderes del servicio público, los negocios, la ciencia, la educación y las artes.

Dentro de los fulbrighters destacan Juan Manuel Santos, ex presidente de Colombia acreedor al Premio Nobel de la Paz en 2016; Thomas Pickering, diplomático y ex embajador de Estados Unidos ante las ONU; el historiador John Hope Franklin; los escritores John Steinbeck, Maya Angelou y Sylvia Plath; el físico Riccardo Giacconi, galardonado con el Nobel en 2002; el actor John Lithgow; la soprano de ópera, Renée Fleming; el artista del vidrio, Dale Chihuly y el arquitecto Daniel Libeskind.

El marroquí Sofyan Essarraoui, de 27 años, participó en el Programa Fulbright como asistente de enseñanza de Lenguas Extranjeras, enseñando cursos de árabe mientras también estudiaba en Carolina del Norte, en el ciclo 2019-2020; actualmente, trabaja en Marrakech como profesor de inglés y guía turístico para el Ministerio de Turismo marroquí.

Becaria del Programa Fulbright.
Becaria del Programa Fulbright.

En tanto, Amber Ajani, de 30 años, originaria de Pakistán, estudió ciencias ambientales en Washington de 2014 a 2016 gracias al programa, el cual, asegura, le dio una “exposición internacional inestimable”; hoy en día es becaria en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

“Me sorprendió lo limitada que había sido mi visión del mundo y lo mucho que me quedaba por aprender y experimentar”, dice.

Actualmente el programa, que al año otorga 8 mil becas para estudiar, enseñar y realizar investigaciones, opera en más de 160 países de todo el mundo y desde su creación han participado 400 mil personas.

Según Vogel, las negociaciones de acuerdos con los gobiernos que participan en el programa, así como la creación de comisiones binacionales en el extranjero, influyeron en la aceptación de los intercambios. En la actualidad, las Comisiones Binacionales Fulbright de 49 países desarrollan las prioridades del programa y varias organizaciones sin fines de lucro administran componentes de éste en Estados Unidos en nombre del Departamento de Estado.

“Cuando el Programa Fulbright comenzó, apenas se vislumbraba que algún día sería considerado por muchos el programa insignia de los programas de intercambio internacional”, explica.

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