Dos investigaciones diferentes han arrojado nueva luz sobre uno de los animales más fascinantes del Cenozoico, el ave del terror, del que investigadores del Museo de Historia Natural de Los Ángeles, en Estados Unidos, han descubierto un cráneo fósil del tamaño de la cabeza de un caballo con su peculiar pico similar al de las águilas, en Argentina, mientras que otro grupo ha encontrado las primeras huellas bien conservadas de esa especie también en la Patagonia.
El cráneo del Phorusrhacidae fue descubierto en Comallo, en la Patagonia argentina, junto con el hueso de una extremidad, pertenece al Mioceno medio, hace unos 14 millones de años, cuando estas aves no voladoras carnívoras eran los depredadores máximos en América del Sur.
Las aves del terror constituyen el grupo más destacado de la avifauna cenozoica sudamericana. Sus hábitos terrestres se infirieron mediante la reducción de sus extremidades anteriores y su elevada masa corporal.
Uno de los pilares de la hipótesis de un modo de vida depredador de los forusrácidos se basa en la morfología de sus extremidades posteriores, informa Scientific Reports, porque parecen adecuadas para perseguir a sus presas. La comparación de las extremidades posteriores de los forusrácidos con las de los grupos existentes sugiere que Mesembriornithinae y Patagornithinae probablemente eran aves corredoras, pero que los miembros de Psilopterinae probablemente eran caminantes.
Según los investigadores, este ejemplar de cráneo de Phorusrhacidae del Mioceno medio está casi completo y tiene 716 milímetros de longitud, lo que lo convierte en el cráneo de ave de mayor tamaño conocido hasta el momento. Los investigadores, que publican el estudio en la revista Nature, dicen que el gigantesco pájaro debía medir unos tres metros de altura, un enorme pico con forma de gancho, y las alas proporcionalmente muy pequeñas respecto al cuerpo, pero su agilidad era grande.
Los autores del estudio estiman que su tamaño es 10 por ciento superior al de los fósiles de cráneos de ave de otros miembros de su familia descubiertos con anterioridad y afirman que las reconstrucciones basadas en sus más pequeños parientes están injustificadas, porque las suposiciones sobre su tamaño corporal y su capacidad para correr necesitan ser revisadas a la luz del nuevo descubrimiento.
Huellas bien conservadas
Un equipo de paleontólogos de la Universidad Nacional de La Pampa, trabajando con un colega de Los Ángeles, ha encontrado las primeras huellas de Phorusrhacidae bien conservadas conocidas en un yacimiento de Argentina. En un texto publicado en Scientific Reports, el equipo describe el sitio donde se encontraron las impresiones, su estado y lo que han aprendido de ellas.
Las aves del terror vivieron en América del Sur, pero también hay evidencia de que algunas especies cazaban en América del Norte y África. Atrapaban sus presas persiguiéndolas y luego cortándolas con el pico o cortándolas con sus afiladas garras.
Los hallazgos fósiles han demostrado que los ejemplares que dejaron sus huellas tenían una altura de dos metros, cuerpos compactos y llegaban a pesar hasta 70 kilos.
¡Importante hallazgo! Expertos descubrieron huellas de un #ave prehistórica gigante en la provincia de Río Negro, en el sur de #Argentina, que vivió hace unos ocho millones de años.
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— China Xinhua Español (@XHespanol) October 27, 2023