A mediados de mayo se conmemoró el aniversario luctuoso de un hombre que bien puede ser el secretario de Educación más sobresaliente en la historia de México del siglo XX: Jaime Torres Bodet. Polifacético y culto, destacó en el ámbito literario. Diplomático, ensayista, poeta, excelente narrador y hombre público, durante toda su trayectoria, desde muy joven, se distinguió como un poeta soñador y único. Perteneció a la generación vanguardista de poetas como José Gorostiza y Xavier Villaurrutia, entre otros.
El escritor Enrique González Martínez fue su jefe y maestro en las letras, quien siempre reconoció que el camino forjado por Torres Bodet lo había trazado él mismo y las piedras que había encontrado en su camino habían sido el aprendizaje que todo escritor y poeta atraviesa para llegar a la cima. Su narrativa, siempre rica y espléndida, vio la luz en sus publicaciones en la revista Contemporáneos, y tuvo gran trascendencia en el devenir literario y cultural del momento.
Su formación en la Universidad Nacional Autónoma de México fue definitiva para que desarrollara ideas con referente histórico en la evolución de la educación en nuestro país. Su gran aportación inicial fue el impulso a la primaria en toda América Latina.
Denominado Plan para la expansión y el mejoramiento de la educación primaria, mejor conocido como “Plan de Once Años”, tuvo gran éxito por los cambios que introdujo y que en la actualidad conocemos como centros educativos con diferentes alternativas de aprendizaje. Las mejoras sentaron las bases para los vigentes programas de estudio por asignatura y por áreas. Se renovaron métodos de enseñanza, impulsó la modalidad tecnológica y fundó los Centros de Capacitación para el Trabajo Industrial y Agrícola.
Durante los sexenios presidenciales de Manuel Ávila Camacho y Adolfo López Mateos, respectivamente fue titular de Educación Pública y secretario particular de José Vasconcelos, tiempo en el que se destinó el mayor presupuesto a la Educación en la historia de nuestro país.
La primera campaña contra el analfabetismo se dio a conocer en 1944 y de ahí siguieron varios proyectos que se consolidaron durante su gestión, como el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio y el de mayor éxito, que aún perdura, la edición de los Libros de Texto Gratuitos, convocando en su inicio a escritores y pedagogos para que enriquecieran su contenido para todos los grados de primaria. De esta forma, surgió la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos, que se encarga de la impresión y distribución.
Su intervención en la cultura e historia también se refleja en el interés para impulsar la construcción de los museos de Antropología e Historia y de Arte Moderno. Como diplomático representó a México en la Conferencia Internacional, de la cual surgió la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Son innumerables sus logros y aciertos como secretario de Educación Pública, poeta y ensayista. Trascendió en el mundo de la cultura, siempre con el toque narrativo de Enrique González Martínez, y durante la época de diplomático lo describían como hábil, elegante narrador y hombre de letras sobresaliente. El fin de su vida llegó el 13 de mayo de 1974, no así su aportación a la educación y a la cultura.
También te puede interesar:
Barbara Fuchs, ganadora del primer Premio «Ñ» por difusión del Siglo de Oro español
Como un homenaje a su memoria, hoy se develó un busto de Jaime Torres Bodet en el Centro Cultural del IPN que lleva su nombre, realizado por la escultora Rosa María Burillo Velasco. #DíaDelPolitécnico #85AniversarioIPN pic.twitter.com/n3qdJBlU9s
— IPN (@IPN_MX) May 22, 2021