Revisión de “La mala senda” de Salvador Jacobo: vivir y llorar la Ciudad de México

El singular libro del dibujante, que costó cuatro años de elaboración, impregna la historia de tres marginados con un alcance panorámico
La mala senda, de Salvador Jacobo, es un tipo de cómic muy underground
El volumen se divide en tres subhistorias cuyos grupos de personajes nunca se conocen. Imagen: FB Salvador Jacobo

Lo digo como un cumplido cuando digo que La mala senda, de Salvador Jacobo, es un tipo de cómic muy underground; si eres fanático de caricaturistas como Robert Crumb, Gilbert Shelton, Dave Sheridan, Richard Corben, S. Clay Wilson o Víctor Moscoso, y su transgresivo interés por los hombres solitarios y desventurados, aquí encontrarás mucho para disfrutar. Como muchos de los trabajos de la historieta alternativa, superficialmente es una bestia narrativa tematizada, principalmente alrededor del erotismo, la violencia, las drogas, los medios y ambientes exentos de alegría con un claro trasfondo existencialista.

El volumen se divide en tres subhistorias cuyos grupos de personajes nunca se conocen; sin embargo, sus etapas más importantes —que mantienen una conexión— están ligadas por uno de los personajes: en el universo de Jacobo la ciudad presenta un carácter satírico y transgresor. Pero además están sucediendo muchas cosas aquí, su antihéroe, “El vagabundo”, fue un boxeador que probó la miel de la gloria y después cayó víctima de sus malas decisiones. Si, el libro trata sobre la lucha de sus personajes por sobrevivir en una sociedad a la que no le importan los “perdedores”, también trata sobre la experiencia de habitar la ciudad.

La mala senda, de Salvador Jacobo, es un tipo de cómic muy underground“El vagabundo”, ensimismado y caótico, pasa sus días en la oscuridad, recordando su vida pasada: sus victorias, su matrimonio, la fama y las terribles traiciones de su mánager parecido a un sapo. Sus días son largos y, al final de ellos, se entretiene escandalizando a una pareja monjas. La segunda historia de La mala senda presenta a un burócrata despreciado por su pareja, la tensión está por las nubes y no solo por culpa del abandono. Atrapado en la crisis emocional, el funcionario termina en medio de un maratón etílico interminable. El último personaje, un sicario mexicano que segmenta los cuerpos de sus víctimas y los cocina en forma de tamales.

 

La mala senda: crisis y psicodelia

Pero tal vez sea mejor que los personajes no se encuentren. “El vagabundo” está a punto de hundirse de cabeza en un prolongado estado de crisis. Entonces se presenta un perro callejero que funciona como un espíritu guía o nahual. Lo que sigue es en cierto modo predecible: una explosión psicodélica donde cada personaje ocupará el lugar que le corresponde en el universo (naturalmente Jacobo nos ofrece su punto de vista acerca de la Ciudad de México, una historia más dentro de su propia historia). Lo que es menos predecible es la respuesta del vagabundo a todo esto. ¿Es todo lo que anhela? Queda en el aire la pregunta.

Si la interpretación que hace Salvador Jacobo de la sórdida vida en la Ciudad de México en La mala senda es perfecta (están presentes las marchas, los bares, los accidentes, las fiestas y los abusos —incluyendo los policíacos—), es a su protagonista errante a quien vemos con mayor claridad: un prometedor boxeador caído en desgracia que a más de un lector le recordará a Filiberto Macario Reyes fusionado con “El Chivo” de Amores perros.La mala senda, de Salvador Jacobo, es un tipo de cómic muy underground

Ya reconocido con el III Premio de novela gráfica Ciudades Latinoamericanas, este libro singular tardó varios años en madurarse (apareció por entregas en formato de fanzine) y no es difícil ver por qué. Con sus flashbacks tanto de la ciudad como de la historia doméstica de cada personaje, su alcance es panorámico aún cuando su narrativa se centra principalmente (casi obsesivamente) en un mundo que no solo es sórdido, sino también intensamente urbano.

No sé si La mala senda, puede clasificarse como obra maestra, eso quizá el tiempo lo dirá, es un libro enorme en todos los sentidos y todavía lo estoy asentando en mi mente. Pero me parece un clásico en ciernes: un libro para releer y hablar de él hasta altas horas de la noche.

La mala senda de Salvador Jacobo es una publicación de Sexto Piso ($370.00).

 

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