La punta Folsom, exclusiva para la caza del bisonte

Esa cultura, asentada en el Pleistoceno donde hoy es Chihuahua y Coahuila, perfeccionó el proyectil para matar a esa presa en especial
Los Folsom perseguían a los bisontes. Ilustración: Iker Larrauri.
Los Folsom perseguían a los bisontes. Ilustración: Iker Larrauri.

La acanaladura que se extiende casi hasta la punta de un proyectil hallado por vez primera en las costillas de un bisonte, en Nuevo México, y años después en Ciudad Juárez una y en Coahuila otra, ha permitido conocer que era un instrumento específico para la caza de aquella especie y que sus creadores no eran Clovis, que vivieron hace 12 mil años, sino una cultura diferente y más reciente.

El arqueólogo Juan Marín Rojas, curador del Museo Nacional de Antropología, explica que la punta del proyectil en cuestión fue descubierta por primera vez en 1927 en Folsom, Nuevo México, encontrada entre las costillas de un bisonte, pero al explorar otros sitios en Estados Unidos, se reconoció como una cultura diferente y más reciente que la Clovis, datada entre 12,700 y 11,500 años atrás.

La particularidad de las puntas de proyectil Folsom es la acanaladura que se extiende casi hasta la punta, lo cual las distingue de las puntas Clovis. Este ajuste se ha explicado como un mecanismo para facilitar su sujeción a un astil de madera, lo que permitiría desangrar más fácilmente al animal. También se plantea que esto evitaba la fragmentación del dardo durante su uso constante, permitiendo reutilizar las puntas.

Además, dice el experto, se cree que las acanaladuras podrían tener una función simbólica de decoración e identidad étnica. Recientemente se ha propuesto que la acanaladura era una adaptación para hacer más eficiente la caza del bisonte, lo que explicaría por qué dejaron de usarse cuando esta especie, en las dimensiones de esa época, se extinguió.

La colección de la sala de poblamiento de América, dice Rojas, cuenta con dos ejemplares de estas puntas. La primera fue descubierta en 1956 en la superficie cerca de un asentamiento conocido como La Mota, 52 kilómetros al noroeste de Ciudad Juárez y estaba asociada a restos de proboscídeos en terrenos aluviales del Pleistoceno.

El segundo ejemplar se localizó en el rancho La Chuparrosa, en Coahuila, cerca del río Bravo. Es un fragmento distal de punta de proyectil que presenta en ambas caras una acanaladura. Al carecer de base es difícil clasificarla como Folsom, pero la característica de la acanaladura hasta casi la punta permite integrarla a este grupo. La punta está rota, presenta una muesca en uno de sus bordes, la cual se atribuye a estar expuesta en superficie. Se seleccionó sílex café claro para su manufactura, que procede de las calizas marinas cercanas y se le otorga un fechamiento del Pleistoceno por comparación con otros ejemplares de sitios de Norteamérica.

El arqueólogo considera que los grupos Folsom son los que se desplazaban más, ya que seguían las costumbres migratorias de sus presas, los bisontes, y además se movían por un amplio territorio para buscar la materia prima necesaria para fabricar sus puntas de proyectil.

 

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