En México se ha cometido un etnocidio que afecta, principalmente, a los hablantes de una sola lengua, afirmó Ambrosio Velasco Gómez, catedrático del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, durante su participación en el “Diálogo en torno a las lenguas originarias”.
De acuerdo con el profesor, dicho etnocidio ha sido provocado por la política cultural del Estado y sus instituciones; además, aseguró que la población se ha “esforzado” por no hablar las lenguas originarias.
En el evento, organizado por la Coordinación de Humanidades y el Seminario Sociedad del Conocimiento y Diversidad Cultural, el miembro de la Asociación Filosófica de México señaló que previo a la Conquista, en el territorio nacional se hablaban más de 200 lenguas originarias; sin embargo, en la actualidad se conservan únicamente 68 y solo 6.5 por ciento de la población mantiene la suya.
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Velasco Gómez indicó que se debe buscar el camino a una educación más incluyente, pues la exclusión lingüística es la base de otras limitaciones, como el acceso a la justicia o la salud y, además, implica profundas injusticias jurídicas, educativas y políticas.
“Debemos ser consecuentes y pensar que todos aquellos que no hablamos, entendemos o mucho menos leemos alguna de las lenguas originarias somos analfabetas. Reconocer esto es el inicio para revertir la tendencia etnocida de las políticas educativas”, aseguró.
Lenguas originarias como requisito a egresados
Asimismo, sugirió que la UNAM puede solicitar a sus egresados el dominio de un idioma extranjero además de la lectura y escritura de alguna de las lenguas originarias, con el objetivo de preservarlas en las instituciones de educación superior.
Por su parte, Yásnaya Elena Aguilar Gil, integrante del Centro de Educación Continua, Abierta y a Distancia “Ayuujk”, en Oaxaca, indicó que hace dos siglos el náhuatl, maya, mayo, tepehua, tepehuano, mixe y demás lenguas indígenas eran mayoritarias, a diferencia de la actualidad, en la que han sido minorizadas.
La egresada de la UNAM aseguró que el respaldo del Estado para que se continúen hablando las lenguas originarias es lo que determina que perdure o se pierda, y comentó que el número de hablantes no es un dato clave en ese sentido.
Aguilar Gil ejemplificó con el caso del danés y el sueco que, en conjunto, representan la mitad de los parlantes de yoruba en África; no obstante, el primero no está en peligro de extinción, pues el gobierno lo impulsa y apoya, mientras que el africano sí.
A ello, se suma la reducción de espacios en donde se pueden hablar, pues las lenguas originarias son confinadas al ámbito familiar, siendo dejadas de lado para actividades como el comercio, la asamblea, entre otras.