“Madama Butterfly” agota cuatro funciones en Bellas Artes

El elenco para esta obra de Puccini es mexicano con la soprano Maribel Salazar, el tenor Andrés Carrillo y la mezzosoprano Itzeli Jáuregui, entre otros
Volaron los boletos para la obra de Puccini. Foto: Especial.
Volaron los boletos para la obra de Puccini. Foto: Especial.

En solo una semana se agotaron los boletos para las 4 funciones de Madama Butterfly en el regreso al Palacio de Bellas Artes de la ópera de Giacomo Puccini sobre una adolescente japonesa vendida a un marino estadunidense, que la abandona con un hijo que después le arrebata y ella se suicida.

Después de Los pescadores de perlas, de George Bizet, la Compañía Nacional de Ópera continúa con su temporada 2023 con su segundo título, una de las piezas del repertorio operístico internacional más montadas desde que se estrenó hace casi 120 años en el Teatro Grande de Brescia.

Las cuatro funciones con los boletos ya agotados están programadas para los domingos 25 de junio y 2 de julio, a las 17:00 horas; y martes 27 y jueves 29 de junio a las 20:00, en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, que tiene aforo para mil 396 personas.

La dirección escénica está a cargo de Juliana Faesler y la orquestal, de Iván López Reynoso. El elenco es totalmente mexicano, con el papel protagónico encarnado por la soprano Maribel Salazar (Cio-Cio-san), acompañada por el tenor Andrés Carrillo (Pinkerton) y la mezzosoprano Itzeli Jáuregui (Suzuki).

El barítono Jesús Suaste (Sharples), el tenor Gerardo Reynoso (Goro); los barítonos Óscar Velázquez (Bonzo) y Édgar Gil (notario/Yamadori), las niñas Hibari Iida (Cio-Cio-san niña), Camila Amilpas y Sofía Brezzo (Dolore), el barítono Juan Pablo Sandoval (Yakuside/comisario), las sopranos Celia Gómez (madre de Cio-Cio-san), Irene San Antonio (tía) y Dolores Menéndez (prima).

Maribel Salazar, Andrés Carrillo y Juliana Faesler. Fotos: Especial.
Maribel Salazar, Andrés Carrillo y Juliana Faesler. Fotos: Especial.

La ópera en tres actos de Puccini no se montaba en Bellas Artes desde 2011, con Maribel Salazar en el protagónico alternándose con Violeta Dávalos; y antes, en 2003, con Encarnación Vázquez como Cio-Cio-san con producción de José Antonio Morales.

“Estoy profundamente agradecida por esta oportunidad, somos un equipo maravilloso, y el púbico va a estar muy contento de escuchar esta partitura magistral de Giacomo Puccini”, dijo Maribel Salazar en rueda de prensa virtual para presentar el título que interpretó en 2011 también bajo la dirección de Faesler.

En su turno, Andrés Carrillo puntualizó que lo más importante al interpretar a Pinkerton es la parte emocional.

“Personalmente me siento muy identificado con el personaje, porque la cuestión inmadura de él la viví muy de cerca cuando era joven”.

 

 

Jesús Suaste dijo que varias veces ha interpretado a Sharples y cada vez le encuentra cosas nuevas. “Lo básico quedo en mi desde el debut, en un hombre que se conmueve profundamente y en el alma con Cio-Cio-san”.

Puccini compuso Madama Butterfly al inicio del siglo XX, después de que Manon Lescaut, La bohème y Tosca eran ya grandes éxitos que se presentaban de manera constante en numerosos teatros. Precisamente es para el estreno de Tosca en Londres que él se encuentra en la ciudad británica y asiste a la representación teatral del drama Madame Butterfly, de David Belasco, y queda inmediatamente emocionado con la posibilidad de hacer una nueva ópera sobre esta obra.

La historia cuenta el casamiento arreglado de Pinkerton, oficial de la Marina americana, y la joven Cio-Cio-san. Sin embargo, para el hombre este matrimonio es una burla, mientras que Butterfly, de 15 años, se enamora verdaderamente de él, al punto de renunciar a su religión y a su familia.

Al poco tiempo, el oficial regresa a su país, con la promesa de volver pronto a Japón y reunirse con su esposa. Pasan tres años y Butterfly no pierde la esperanza. Rechaza toda propuesta de posibles pretendientes, pues sigue esperando a Pinkerton, y así pasa el tiempo, apenas sobreviviendo en la pobreza, al lado del hijo que ha tenido con su esposo y con su acompañante, la fiel Suzuki.

Para cortar toda ilusión, Sharples, el cónsul americano, lee la carta que ha enviado Pinkerton, anunciando su retorno acompañado por su mujer. Cuando llega al puerto de Nagasaki el barco de Pinkerton, Cio-Cio-san le espera emocionada y pasa en vela toda la noche al lado de los suyos; sin embargo, las cosas no corresponderán a sus expectativas y el desenlace será fatal.

En esta producción de Juliana Faesler se plantea una visión adelantada temporalmente a la concepción original de Puccini, en la que introduce una escenografía –diseñada también por la misma directora de escena– conformada por elementos a manera de gigantescas vigas que sirven de fondo y que, al tomar diferentes configuraciones abstractas, sirven de marco a la dramaturgia original y conviven armoniosamente con el ambiente figurativo de la casita de Cio-Cio-san.

En la conferencia de prensa, Faesler explicó que el montaje es el retrato de una mujer profundamente amante de la vida, que lucha hasta el final por lo que cree que es importante y honorable.

“Desde ese ángulo hemos construido una puesta en escena que trata de acercar a esta mujer y los personajes a todas las mujeres del mundo que viven la realidad de Madama Butterfly como un homenaje y profundo respeto”, agregó la directora de escena.

Explicó que dentro del universo de la ópera se encuentran en cada puesta nuevas miradas, y en este mismo sentido fue planteada la intención escénica.

“La idea fue hallar un medio donde dialogara la abstracción de la música que es fantástica y emocional con la obra de teatro que esta magistralmente escrita”, dijo Faesler en alusión a las obras Madama Chrysantheme (1987), de Pierre Loti, y Madame Butterfly (1898), de John Luther Long, dramatizada por David Belasco, en que se basaron Puccini y sus libretistas Giuseppe Giacosa y Luigi Illica.

Alonso Escalante, director de Ópera de Bellas Artes, señaló que la reposición de una obra supone la oportunidad de verse enriquecida. “Es un trabajo en proceso que de forma evolutiva va hacia otro punto. Es una obra que fue creada en un momento en el que surgen diversos cambios a partir de una serie de situaciones que abren rutas hacia otras realidades no centradas en los temas que ocupaban los autores de ese momento.

“De ahí que Madama Butterfly, como el anterior título que presentamos con Ópera de Bellas Artes, Pescadores de perlas, exploraran lo que se llamó en ese momento temas exóticos, porque están fuera de la lógica de Europa. Puccini se encuentra con esta obra no de forma gratuita, sino que venía de una novela que había sido escrita anteriormente y ya hay un interés por estos temas que eran raros para aquello que era tratado en los escenarios, así es que resulta una innovación en la forma en que Puccini venía realizando su quehacer composicional”, dijo.

El director concertador, Iván López Reynoso, afirmó que es un lujo y emoción grande dirigir esta ópera.

“Significa también el regreso de uno de los compositores más queridos de la historia de la ópera a la cartelera de la Ópera de Bellas Artes, después de una crisis sanitaria. Estas obras de gran formato, como es Madama Butterfly, estuvieron fuera de nuestro repertorio y ahora regresan con mucha fuerza y lo que significa tener a la orquesta completa en el foso, con un coro grande”.

El equipo creativo está integrado por Mayra Juárez y Marina Meza, quienes diseñaron el vestuario original; Rafael Mendoza, el diseño de iluminación y de escenotecnia; Cinthia Muñoz está a cargo del maquillaje y peluquería, e Irene Akiko, diseñadora de movimiento corporal.

 

 

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