Mamíferos cazaban dinosaurios en el Cretácico

Hallan fosilizado en la Pompeya china un encuentro mortal entre una especie de tejón prehistórico y un ejemplar ceratopsiano tres veces mayor
La barra de escala equivale a 10 cm. Fotos: Scientific Reports.
La barra de escala equivale a 10 cm. Fotos: Scientific Reports.

Los esqueletos fosilizados, entrelazados, de una especie de mamífero parecido a un tejón mordiendo el hombro de un dinosaurio ceratopsiano se ha convertido en una rara evidencia directa de esa interacción, pese a conocerse que ambos grupos vivieron juntos durante la mayor parte del Mesozoico. Sí, los mamíferos cazaban dinosaurios.

En un artículo científico publicado en Scientific Reports, titulado “Un fósil extraordinario captura la lucha por la existencia durante el Mesozoico”, los paleontólogos Jordan C. Mallon, Aaron J. Lussier, Xiao Chun Wu, Roberto Mitchell y Ling Ji Li relatan que el nuevo “fósil extraordinario” de la Formación Yixian del Cretácico Inferior en China conserva un mamífero (Repenomamus robustus) y un dinosaurio (Psittacosaurus lujiatunensis) y sus esqueletos entrelazados sugieren que el fósil no es una falsificación.

La falta de marcas de mordeduras en el esqueleto del dinosaurio, la posición del mamífero encima y las acciones de agarre y mordida de éste, dicen los expertos chinos y canadienses, indican colectivamente que el mamífero, una especie de tejón prehistórico, estaba acechando al reptil debilitado cuando los dos fueron sepultados repentinamente por un flujo de escombros volcánicos.

El dinosaurio es tres veces más grande que el mamífero por masa corporal estimada, pero la asociación fósil cae dentro de los intervalos de predicción de 95 por ciento para un modelo lineal de masa corporal máxima de presa frente a la masa corporal de depredador entre carnívoros terrestres, tanto para cazadores solitarios como en manada.

El Miembro Lujiatun de la Formación Yixian, anteriormente conocido como la Pompeya china, se destaca por la preservación de múltiples depósitos de este tipo que contienen espectaculares fósiles tridimensionales de cuerpos de vertebrados. El potencial para preservar instantáneas similares del comportamiento de los dinosaurios sólo es igualado por algunos otros depósitos esqueléticos en todo el mundo.

Detalle de la pata del mamífero sobre el dinosaurio. Foto: Museo Canadiense de la Naturaleza.
Detalle de la pata del mamífero sobre el dinosaurio. Foto: Museo Canadiense de la Naturaleza.

 

Larga relación

Durante casi 230 millones de años, los mamíferos y los dinosaurios han estado entre los grupos de vertebrados más exitosos de la Tierra. Cada grupo se originó a finales del Triásico y desde entonces se ha diversificado en la miríada de formas conocidas hoy en día (dinosaurios en forma de pájaros, después de la extinción masiva del final del Cretácico).

Los mamíferos mesozoicos, dicen los científicos, se representan comúnmente como si vivieran a la sombra de sus contemporáneos dinosaurios más grandes, y los contenidos intestinales de los dinosaurios que contienen restos de pequeños mamíferos lo confirman. No fue sino hasta después de la extinción de los dinosaurios no aviares a fines del Cretácico que los mamíferos crecieron hasta alcanzar un gran tamaño corporal y se alimentaban regularmente de la avifauna disponible.

El antagonismo entre dinosaurios y mamíferos durante el Mesozoico no fue estrictamente unilateral. El contenido intestinal fósil del mamífero gobiconodontido chino Repenomamus robustus contiene los restos de un Psittacosaurus perinatal mucho más pequeño, un dinosaurio ceratopsiano primitivo. Sin embargo, el descubrimiento en cuestión es aún más excepcional, porque preserva a estos dos géneros enzarzados en un combate mortal: el primer fósil de este tipo.

Los dinosaurios y los mamíferos han coexistido durante los últimos 230 millones de años. Ambos grupos surgieron durante el Triásico Superior y se diversificaron a lo largo del Mesozoico y el Cenozoico (este último en forma de aves). Aunque sin duda interactuaron de muchas maneras, la evidencia fósil directa de su interacción es rara.

Los expertos escriben: “Consideramos varias explicaciones hipotéticas para esta asociación, pero el balance de la evidencia sugiere que representa un intento de depredación por parte del mamífero más pequeño, repentinamente interrumpido y preservado dentro de un flujo de escombros volcánicos tipo laja. Los mamíferos mesozoicos generalmente se representan como si vivieran a la sombra de sus contemporáneos dinosaurios más grandes, pero este nuevo fósil demuestra de manera convincente que los mamíferos podrían representar una amenaza incluso para los dinosaurios casi completamente desarrollados”.

 

 

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