Mi padre
Casi como un acto de rebeldía,
cada vez que hablo con él
le digo que lo quiero.
Y en ese portal del tiempo
que se abre entre nosotros,
no espero respuesta,
Y sin embargo,
siento su regocijo vacilante
y su incomodidad añeja.
Porque mi padre
aprendió a decir te quiero
con los actos
y yo aprendí también
a abrazarlo con las palabras,
para acortar la distancia física
que separa mi pecho de su latido.