Era él
Soñaba que era otro y al despertar se dio cuenta que no era un sueño: él era otro que había soñado que era él.
Un gran amor
-Te amo mi amor.
Le dijo con dulzura.
-Yo también me amo mi amor.
Respondió ella mirándolo cálidamente a los ojos.
-Tú te amas porque me amas, mi amor.
Replicó él al acariciar su bello rostro.
-Y tú me amas porque te amo.
Y entonces, se fundieron en un gran beso que selló ese gran amor que se tenían y con el que vivirían por siempre.