Érase una…
Érase una vez que no había vez que no la hubiera; tal vez una vez, de vez en vez, o quizá varias veces a la vez. Esa vez todos supieron, que no era la primera vez, así, cada vez era otra vez, y rara vez sólo esa vez. Y entonces no fue así la última vez, del “érase una vez”, pues de una vez y varias más, vendrían muchas veces a su vez.
Darwin
Decidió ignorar por completo a la inteligencia artificial, y entonces no sólo tuvo que lidiar con la falta de inteligencia artificial, sino además, con su falta de inteligencia.