La prenda
Organizando sus cajones se encontró con una verdad que hacía mucho le había regalado su padre. Se la probó y se vio en el espejo. Le gustó, era su talla y le acomodaba bien. Entonces decidió ponérsela y salir a la calle.
-¡Qué ridiculez! ¡Es una provocación!
Decía la gente a su paso, pero no le importó. Al poco tiempo, salió otro con la misma verdad puesta y luego otro, y después muchos más. Luego, esa verdad comenzó a exhibirse a precios inalcanzables en los aparadores de las marcas más exclusivas.
Horma
-Es que nunca te has puesto en mis zapatos.
Se dijo a sí mismo. Acto seguido, se puso en sus propios zapatos, y fue a partir de entonces que comenzó a entenderlo todo.