Bocetos originales, fotografías e ilustraciones, forman parte de una exposición que revela la historia de mural del pintor Diego Rivera (1886-1957) que fue censurado y destruido por el magnate Nelson Rockefeller en Estados Unidos.
La muestra en el emblemático Museo del Palacio de Bellas Artes hace una revisión sintética del proceso de creación del mural y profundiza en la historia de la pieza que Rivera diseñó por encargo del político y empresario estadunidense Nelson Rockefeller.
En un inicio, el mural se utilizaría para decorar el vestíbulo del edificio Radio City en Nueva York, Estados Unidos; sin embargo, antes de terminar, Rivera agregó el rostro de Vladimir Lenin junto a otros personajes socialistas, lo que provocó que el mural fuera censurado y destruido en 1934, debido a las diferencias ideológicas.
Rivera decidió además ejecutar la obra con la técnica del fresco y utilizar una amplia variedad de colores, contrario a las condiciones establecidas por los contratistas del edificio.
“La importancia (de la muestra) es que documenta un momento crucial en la historia de Occidente, que es este mundo dividido, bifurcado, entre dos sistemas políticos, económicos, que es el capitalismo y el socialismo”, explicó a Xinhua el curador asociado del Museo del Palacio de Bellas Artes, Miguel Álvarez.
La intención de la exposición, abundó el curador, es profundizar sobre la historia de este mural, su devenir, su génesis, incluso el momento de su destrucción.
La exposición “Diego Rivera. Nueva vida a un mural destruido 1933/1934”, es una revisión histórica del proceso creativo del mural “El hombre en la encrucijada”, encargado por Nelson Rockefeller para Radio City en Nueva York en 1931.
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— Museo del Palacio de Bellas Artes (@mbellasartes) June 27, 2024
Hace réplica tras destrucción de Rockefeller
En 1934, Rivera hizo una réplica de la pieza destruida en Estados Unidos a la que nombró El hombre controlador del universo, con motivo de la inauguración del Palacio de Bellas Artes en la capital de México, un mural que representó para el mexicano “la posibilidad de triunfar sobre el autoritarismo, la censura e imposición de los ideales capitalistas”.
“La posibilidad que manifiesta Diego Rivera, utópica, de recuperar el futuro para la humanidad a partir del control de la tecnología, de la ciencia, pero desde el hombre técnico, el hombre como representación de la humanidad, y de los obreros, y sí, desde una visión socialista, que es lo que está proponiendo, al final, Rivera”, explicó Álvarez.
En la instalación, los visitantes pueden apreciar el proceso de creación y destrucción del fresco para el cual Rivera desarrolló la temática “El hombre en la encrucijada”, a través de bocetos y fotografías que muestran la obra hasta antes de suspenderla.
“Esta exposición se concentra en dos momentos importantes: la visita a Rusia en 1927 de Diego Rivera, en dónde él se posiciona políticamente y también se posiciona estéticamente ante la Revolución y, en un segundo momento, es su contratación para pintar el mural en Nueva York, en el Centro Rockefeller, la discordia que hay con los contratistas de este mural y la destrucción del mismo mural”, detalló el especialista mexicano.
Como parte de la exposición, también se editará un cuadernillo con textos del profesor e investigador Álvaro Vázquez Mantecón, el investigador y curador Mariano Meza Marroquín, así como del curador Miguel Álvarez.
“Queremos resaltar la importancia patrimonial del arte en México, a partir de este mural y su historia, sobre todo”, dijo Álvarez.
La exhibición también retoma un fragmento del testimonio del diario de Lucienne Bloch, quien fue asistente de Rivera durante la realización del mural en el Centro Rockefeller.
“Esta muestra se debe, también, gracias no sólo al trabajo arduo del equipo del Museo del Palacio de Bellas Artes, sino a la generosidad de las colecciones que nos prestaron estas piezas, que son 13 colecciones distintas”, refirió el curador.
Para Álvarez, la figura de Diego Rivera como muralista es trascendental y “clave en la historia del arte mexicano y de América, incluso, mundial”.
“Sin duda, es una figura importantísima en el periodo de la primera mitad del siglo XX, en la que es parte de un movimiento artístico que se llamó ‘El Renacimiento Mexicano’, donde una de las propuestas, justamente, era la difusión del arte y de las ideas políticas, sociales, etcétera, a través de los murales”, agregó.
Rivera se erigió como uno de los más destacados muralistas del mundo y también es considerado por expertos como el gran ilustrador de la historia de México.
La exposición, titulada Diego Rivera. Nueva Vida a un mural destruido 1933/1934, estará abierta al público hasta el 8 de septiembre.
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