La violinista Anna Göckel estuvo presente en la segunda temporada 2022 de la Ofunam, donde interpretó el Concierto para violín y orquesta núm. 1 del compositor mexicano José F. Vásquez y también participó con la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata.
Se ha presentado en varios de los principales recintos del mundo, desde el Palacio de Bellas Artes al Théâtre des Champs-Elysées en París, la Victory Hall en Ginebra, la Herkulesaal en Múnich y el Musée des Beaux-Arts en Montreal.
En 2020 recibió el Premio Enesco de la Sociedad de Autores, Compositores y Editores de Música de Francia por su trabajo en música nueva, y fue nominada a la revelación clásica del año en los Grammys franceses de 2016. Daniel Francisco y Hugo Maguey, de Gaceta UNAM, conversaron con ella.
¿Crees que los jóvenes aún se acercan a la música clásica?
La gente es lo que amo de México. En la sala hay mucha, muy joven, y pienso que de verdad les importa. Y se siente muy bien como músico percibir también esta energía. Igualmente creo que es grandioso tener este encuentro con la orquesta juvenil universitaria (Eduardo Mata), y te aseguro que les importa y les gusta el reto. Y sí, creo que la música clásica no está muerta, e incluso habla mucho de cosas de hoy, no hay muchas diferencias en ella. Creo que las palabras música clásica no ayudan mucho porque todo es clásico, pero hay muchas cosas distintas. Hay música barroca, romanticismo, clásico. Hay de todo en la música, y creo que sí, es muy importante que nos aseguremos que a la gente joven le concierna y que puedan escuchar y ser parte de esta aventura.
¿Qué satisfacción encuentras al tocar con la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata?
Me encanta ponerles retos y que ellos respondan bien a éstos. Creo que son realmente serios, puedo decir eso. Sinceramente dan lo mejor. Hablé con ellos sobre la personalidad de la pieza y creo que tienen las mejores intenciones. Es muy satisfactorio conectar con los intérpretes y decirles: ¿ves?, estamos tocando juntos. Así que, si de verdad queremos que suene bien tocando juntos, contactemos y transmitamos lo que es estar conectados cuando se toca música. Todo el tiempo es sobre las interacciones.
¿Qué podemos escuchar ante tanta oferta?
Hoy somos muy afortunados, tenemos YouTube, y allí puedes encontrar a los mejores músicos de todos los tiempos. Está también Spotify; todas esas plataformas en las que, si cuentas con internet, tienes acceso a los mejores. El riesgo es perderse, y si no lo haces, igual está el riesgo de que no desarrolles tu sentido crítico y escuches cualquier cosa, porque hay cosas de muy mala calidad en esas plataformas. Así que es un gran tesoro, pero tienes que educarte para poder decidir lo que te gusta y lo que no. También debes descubrir el repertorio, incluso si eres músico de viento, escucha un cuarteto de Beethoven. Es importante que te mantengas hambriento por la música y que seas crítico sobre lo que estás escuchando. Que no te dé miedo comparar versiones. Eso es una gran educación. Además, es algo muy bueno tocar para la gente, que no esperes a tener un grado para hacerlo. No necesitamos ser perfectos para tocar. Puedes invitar amigos, interpretar para tus padres, tus primos, quienes sean. Incluso que vayas a las calles y toques. La música es para compartirse. Creo que ese es el corazón de nuestro trabajo, así que hay que compartirlo. No hay que ser tímido y hay que mantener la curiosidad.
¿Qué retos ves a futuro para ti?
¿Para mí?, es una pregunta difícil. Bueno, realmente cada concierto es un reto, así que creo que mi reto es conservar la exigencia, incluso si el ritmo del concierto aumenta. Mantener el nivel de exigencia y siempre desear más, alimentar la curiosidad, y estar progresando. Creo que me hace feliz, eso y que la gente escuche. Así que los retos son de todos los días para los músicos.
¿Cómo es tu conexión con el violín?
Es algo muy íntimo. Es el cantante con su voz, nosotros tratamos de hacer que el instrumento se vuelva una prolongación de nuestro cuerpo. Se tiene que volver nuestra voz, no algo o alguien fuera de nosotros, sino que tiene que ser una prolongación nuestra. Tengo mucha suerte de tocar también esos instrumentos tan antiguos con un alma vieja. Mantienen la memoria de la música que la gente tocaba en ellos. Y tiene la memoria en la madera, así que es una verdadera interacción. Es como una pareja, porque el violín propone algunas cosas, y en mi manera de tocar cambia también un poco. Así que sí, es como una pareja.
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«La gente es lo que amo de México. En la sala hay mucha, muy joven, y pienso que de verdad les importa»: Anna Göckel, violinista francesa que estuvo presente en la segunda temporada 2022 de la #OFUNAM. 👇#UNAM100AñosDeMuralismohttps://t.co/obtDn1Ur72
— UNAM (@UNAM_MX) July 30, 2022