Para el director Iván López Reynoso, Mario Lavista era “un orfebre del sonido”, cuyo carácter atento y elegante quedó retratado en la música del compositor fallecido el 4 de noviembre pasado y a quien rendirá homenaje en la apertura de otra temporada de la Orquesta Filarmónica de la UNAM (Ofunam).
López Reynoso (Guanajuato, 1990) repite por tercera ocasión consecutiva como director huésped en el arranque de una temporada más de la agrupación universitaria, con un programa también de homenaje a la música latinoamericana, que se inicia justo con la obra de Lavista (1943-2021), Lacrymosa. A la memoria de Gerhart Muench (1992), y continua con Ocho por radio (1933), de Silvestre Revueltas (1899-1940), Tres bosquejos latinoamericanos (1949-1971), del estadounidense Aaron Copland (1900-1990), y cierra con Variaciones Concertantes (1953), del argentino Alberto Ginastera (1916-1983).
Sobre el programa inicial de esta segunda temporada de 2022, el director de la Orquesta de la Ópera de Bellas Artes destaca en entrevista que es muy espectacular, por lo que está muy contento de su armado.
“Tiene una gran paleta de colores. Es un gran homenaje a la música latinoamericana, vista, además, de distintas perspectivas, que es lo que me parece particularmente interesante. El eje central del programa sí está claramente en la música de América Latina, pero son ópticas contrastantes las de los compositores que abordaremos respecto de su música, sobre cómo escriben su música, cuál es su hilo conductor, su temática.
«Son en mi opinión cuatro obras maestras, distintas, contrastantes, variadas, pero que cuyo hilo conductor hace que sea un programa realmente atractivo y abierta para que el público venga a disfrutarlo”, expone López Reynoso, que para 2020 fue contratado como director asociado de la Ofunam, cargo que debido a la pandemia no pudo ejercer cabalmente tras el cierre de salas.
Apunta que abrir con una pieza como la Lacrymosa, también es un homenaje en memoria de Lavista.
“Es un momento complejo para nosotros como músicos asimilar la partida del maestro Lavista; son ya varios meses que falleció. Pero, al mismo tiempo, su música llegó para quedarse, para acompañarnos en distintos momentos y faccetas de nuestra vida”
“Abrimos con una obra que tiene bastantes significados, y eso también me gusta mucho de haber programado la Lacrymosa. Primero, es una obra doliente, de llanto, de pérdida, que cuando se escribió fue pensada en homenaje, por el fallecimiento de Gerhardt Munch, figura fundamental de la música. Otra razón por la que la incluimos es que fue terminada en 1992 y son ya 30 años de su estreno. La tercera razón, es una manera de rendir homenaje a Lavista, de recordarlo, de vivirlo y de disfrutarlo”.
Expone que esta obra de Lavista contrasta con la del otro mexicano programado, Silvestre Revueltas, Ocho por radio, que tiene la clara voluntad de hacer una obra jocosa, lúdica, brillante, virtuosísima.
“Lacrymosa tiene una búsqueda de texturas, como a mí me gusta mucho decir, que el maestro Lavista era un órfebre del sonido, es un constructor de atmósferas y de texturas. Ocho por radio, en cambio, está compuesta en una circunstancia totalmente distinta, ex profeso para una situación, un momento y un grupo de músicos determinado y eso hace que sea una partitura particularmente atractiva, brillante, interesante, colorida; son solo 8 músicos interpretando una obra compuesta para la radio, por eso el nombre.
«Retrata esta parte orgullosa de la música mexicana por parte de Revueltas: escuchamos folclor, temas que desde luego nos conectan con nuestras raíces de la música mexicana. Es una partitura de breve duración, apenas 7 minutos de música, pero es de verdad interesantísima, que desde luego complementa muy bien con la Lacrymosa, es la otra cara de la moneda de la obra de Lavista”, explica.
Cuenta que sólo tuvo un encuentro con Lavista, en un concierto de la Orquesta Sinfónica de Minería, gracias al crítico y ex director de la Ópera de Bellas Artes, Sergio Vela, quien los presentó.
“Lavista era atentísimo, todo un caballero, un hombre elegante. Y todo eso suena en su música. Yo creo que los compositores sí se retratan en las partituras que escriben, y las partituras de Lavista sí retratan esa elegancia y elocuencia del maestro Mario”, añade el también contratenor e intérprete musical.
Celebra haber podido hacer la curaduría musical para los conciertos que ofrecerá la Ofunam este sábado 23 de abril, a las 20 horas, y el domingo, a las 12 horas, en su sede, la sala Nezahualcóyotl
“Los programas deben tener un sentido, una estética, una congruencia. Y estamos hablando de nuestros dos compositores mexicanos Lavista y Revueltas, y después Copland, que no es latinoamericano, es estadounidense, que escribe una obra inspirada y dedicada específicamente a América Latina, y en particular más a México, ya que dos de los tres movimientos están pensados en México: el segundo, se llama Paisaje mexicano y el tercero, Danza de Jalisco, claras referencias de la cercanía que tenía con nuestro país, no nada más con está obra sino con muchas otras, pensemos en Salón México. Por su vínculo con Carlos Chávez, México era un país cercano a Aaron Copland”, expone el director.
“Y el primero de los tres bosquejos es un estribillo basado en Venezuela, y eso me conecta con la última obra; es decir, Copland conecta Norteamérica con México y con Sudamérica. Y esa conexión con Sudamérica me hilvana, me hila, con las Variaciones de Ginastera, compositor argentino brillante, y con una de sus obras más importantes, un verdadero festín orquestal, escrita para el lucimiento y brillo de la orquesta: tiene solos importantes de violín, cello, viola, contrabajo, arpa, flauta, clarinete, oboe, fagot, trompeta, trombón… es decir, todos los instrumentos que nos podamos imaginar.
“Además, es un claro ejemplo de esta búsqueda neonacionalista de Ginastera; es decir, él, igual que Manuel M. Ponce en México, es un compositor que tuvo muchas facetas en su vida: la muy folclórica, la muy nacionalista, la muy rompedora y la muy atonal. Variaciones también es neonacionalista, aunque es una búsqueda internacional de lenguje propio. Y ahí está la magia de esta partitura, que redondea perfectamente los estilos de las cuatro obras que vamos a interpretar, con búsquedas de todo tipo de coloridos, texturas. El programa es de verdad una fiesta musical”, concluye López Reynoso.
El guanajuatense fue nombrado a finales de 2019 director asociado con la Ofunam, pero se atravesó la pandemia. Respecto si contempla en lo inmediato volver a esa agrupación, dijo que por el momento estará como director artístico de la Orquesta de la Ópera de Bellas Artes, pero seguirá la relación.
“La ofunam es una de las experiencias más importantes de mi vida, de mi carrera. Desde luego que el vínculo con ella, afectivo y profesional, será siempre latente y vigente. Le tengo mucho cariño, me gusta mucho trabajar con ella. El momento en el que nos encontramos de relación artística es muy favorable, muy placentero, disfrutamos hacer música; por ende, mi vínculo con ella seguirá estando ahí cuantas veces se necesite.
«En mi faceta de director invitado, huésped, estaré siempre contento de volver a trabajar con ella, o, incluso, viendo después a futuro retomar alguna vez una relación pero es pronto para decirlo. En este momento, definitivamente mi vínculo con ellos como director invitado huésped, de manera recurrente, porque he estado programado en todas las temporadas, seguirá ahí y es mi total interés mantener esta relación artística con la orquesta”, señaló López Reynoso.
Tras esta presentación con la Ofunam, ya prepara maletas para viajar a Suiza, para debutar en junio como director invitado en la Opernhaus Zürich, al lado de Javier Camarena, con Il Pirata, de Vincenzo Bellini, al frente de la orquesta Philharmonia Zürich y el Chor der Oper Zürich de Janko Kastelic.
“Sí, estoy muy ilusionado, muy emocionado, de poder colaborar con Javier otra vez. Estoy a poquito más de una semana de viajar a Zúrich para iniciar mis ensayos por allá, muy contento. He estudiado muchísimo, a profundidad la partitura de Il Pirata; he estado en estrecho contacto con la concertino de la orquesta, con el equipo de trabajo, con los solistas, para hacer una mancuerna profunda, de verdad, favorable. Estoy muy agradecido, muy entusiasmado, y estoy de verdad ansioso por que lleguen las fechas para ensayar y las funciones”, expuso López Reynoso, que se presentará el 1, 3 y 6 de junio.
Los diez programas de la segunda temporada de la Ofunam se llevarán a cabo del 23 de abril al 26 de junio, en la sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, con obras que van desde el barroco (Bach y Vivaldi) hasta recientes (Luther Adams y Tower), así como compositores del siglo XX (Ginastera, Milhaud, Xenakis) y grandes piezas de la tradición sinfónica (Dvořák, Schumann, Sibelius).
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— Música UNAM (@musicaunam) April 23, 2022
