El contratenor uruguayo Leandro Marziotte y la soprano mexicana Anabel de la Mora cuentan con amplia experiencia para interpretar a la pareja mitológica de Orfeo y Euridice de la ópera homónima de Christoper Willibald von Gluck, y ambos coinciden en su vigencia en la vida cotidiana de las personas.
“Esa mezcla de amor y tragedia es como la vida misma, los claroscuros. Para tener un momento de alegría también hay que pasar por momentos tristes, duros. Encima esta ópera es un sube y baja, una montaña rusa en la trama y relación entre los personajes.
“Es un poco como la vida, la gente se siente identificada. Esta puesta en escena es bastante natural y cercana a lo que el público puede vivir en su día a día, justamente busca conmover a la gente, sacarla un poco de su cotidianidad”, explica en entrevista Marziotte, que interpretará al héroe que desciende al Hades a rescatar a su amada Eurídice.
“¿Qué enamora de Eurídice? Que deja ver esta parte de amor que siente por Orfeo, que está en toda su escena; ella está sufriendo de amor y ver a alguien sufrir de amor te causa una gran conmoción, ver cómo un ser humano puede desfallecer de amor, no morir de amor, sino sentir que vas a morir. El público va a ver acciones y sentimientos reales. Eso es lo que enamora al público, la gente se identifica cuando le llegas a transmitir algo que es real.
“Aunque los personajes son mitológicos, los sentimientos y lo que conllevan son reales y, claro, te transportan, en mi caso, a alguna relación muy triste, te engancha, y más que perjudicarte, te ayuda a transmitir algo real”, señala por separado De la Mora.
Orfeo ed Euridice (1762) vuelve a Palacio de Bellas Artes para cuatro funciones: los domingos 12 y 19, el martes 14 y el jueves 19 de marzo, en una puesta en escena ambientada en un época reciente de Antonio Castro, con otro contratenor al frente de la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes, el director concertador Iván López Reynoso. Completa el elenco Mariana Ruvalcaba en el papel de Amore (Cupido). Ruby Tagle está a cargo de la coreografía; Adrián Martínez Frausto, de la escenografía; y Víctor Zapatero, de la iluminación.
A Marziotte le precede una serie de presentaciones como Orfeo en diversos escenarios en el mundo y De la Mora reinterpreta a Eurídice después de su temporada en 2014 en ese rol en el teatro Bicentenario de León y también en el Palacio de Bellas Artes, acompañada entonces el contratenor Flavio Oliver.
Marziotte recuerda que su papel es muy demandante, todo el tiempo está en el escenario, y, en especial, destaca lo impresionante que ha sido para él ensayar en el Palacio de Bellas Artes. Es el segundo protagónico de un contratenor en una ópera en ese escenario, tras Ascanio in Alba el año pasado.
“No tengo ni un momento para respirar un poco, tomar agua, es muy demandante. No obstante, si bien estoy en escena todo el tiempo, es un placer. Además, es impresionante la arquitectura y la historia que tiene Bellas Artes. Y representa para mí un honor interpretar este rol de Orfeo, en una ópera que es tan importante para la música también, porque fue una suerte de bizagra entre el barroco y el clásico.
“Y, justamente, en esta producción estamos tomando la primera versión que escribió Gluck, que (entre comillas) quiso limpiar el modismo barroco lleno de coloraturas e hizo una versión mucho más cercana a lo que se conoció más adelante como ‘periodo clásico’ en la ópera”, expone el contratenor uruguayo.
En cambio, para De la Mora su papel está un poco lejos de aquellos que suele interpretar en su carrera.
“Aunque ya había interpretado a Eurídice, después de varios años es como volverlo a montar. Sí tenía el aria presente, pero no los recitativos, así que todo lo demás tuve que montarlo desde cero. Es una ópera pequeña, dura no más de una hora 20 minutos, y mi personaje sale hasta el tercer acto. Realmente es un papel corto, pero no menos importante puesto que somos apenas tres personajes.
“Es un rol que dramáticamente sí implica un desarrollo. Técnicamente no es nada complejo, porque es un papel bastante central, lo cual no implica hacer la pirotecnia que es a lo que estoy acostumbrada. Sí es un reto porque mi repertorio va más hacia lo ligero o lo lírico ligero, este es un rol más lírico en el que trabajas más tu registro central, es muy padre volver a interpretarlo”, dijo la soprano mexicana.
De la Mora y Marziotte destacan también las ventajas de tener a Iván López Reynoso al frente de la orquesta, al ser éste también un contratenor y músico, que conoce así las necesidades de los cantantes.
“Iván es excelente, tiene ideas muy claras, una rigurosidad en los tempi, en la velocidad de las arias, sabe las dificultades técnicas que un contratenor puede tener, el pasaje a la zona más grave, donde tiene que pedirle a la orquesta que toque menos, él está atento a todo”, expuso el cantante uruguayo.
“Tiene muchísimas ventajas trabajar con un director que es cantante. Iván es un músico súper virtuoso. No solo está dirigiendo a una orquesta, sino también cantantes, no cualquiera puede hacer bien el trabajo. Tiene una sensibilidad extra: conocer qué requiere un cantante a la hora de estar en el escenario, esta sensibilidad extra de respirar contigo, de saber qué necesitas, te sientes muy cuidado, siempre es muy sensible a la hora de seguir al cantante, es padrísimo tenerlo”, agregó De la Mora.
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La soprano Anabel de la Mora ha sido galardonada en el Orfeo Concurso de Canto Lírico de América.
¡Disfruta su interpretación de Eurídice en la ópera “Orfeo y Eurídice”!📅 12, 14, 16 y 19 de marzo
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