De las 59 especies diferentes que hay de colibríes a lo largo del territorio nacional, siete se encuentran en peligro de extinción, por lo que alumnos e investigadoras de la UNAM organizan actividades para incrementar la población de esas aves.
Una es el taller “Colibríes en mi casa: aprendiendo a hacer mi propio jardín”, impartido en forma presencial por la directora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, de la UNAM, María del Coro Arizmendi Arriaga.
Conocidos también como “picaflor” o “chupamirtos”, los colibríes son seres nativos de casi todos los ecosistemas, pueden batir sus alas hasta 80 veces por segundo y son importantes en el ciclo de la vida, pues son polinizadores.
“Conservar a los polinizadores significa preservar su hábitat y lo que hemos hecho en las ciudades, como la de México, es exactamente lo contrario, hemos destruido su hábitat para quedarnos con lugares llenos de cemento, sin espacios naturales para que estas pequeñas aves e insectos puedan sobrevivir”, afirmó Arizmendi Arriaga.
En la exposición, en junio pasado, participó la investigadora Laura Núñez, quien dijo se refirió a que se expuso a los participantes cómo establecer un espacio con la adecuada selección de plantas que les aporte a estas delicadas, pero sumamente ágiles aves, alimento necesario que obtienen de nochebuenas, lavandas y buganvilias.
Núñez también detalló que los espacios deben ser accesibles para las especies, un lugar abierto (puede ser un balcón), desde una maceta hasta las hectáreas que deseen tener. Algunas de las plantas recomendadas son mirtos, salvias, aretillos, toronjil y muicle, entre otras, de acuerdo con el tipo de polinizadores que deseen atraer.
#BoletínUNAM Los colibríes no se encuentran en peligro de extinción, pero están perdiendo su hábitat. Por ello, en la UNAM se llevan a cabo actividades encaminadas a su conservación > https://t.co/DNj6Wstjpm pic.twitter.com/PNjpZLG6YI
— UNAM (@UNAM_MX) August 5, 2023
