Rusia buscará agua en el polo sur… de la Luna

La estación espacial automática también perfeccionará la tecnología de aterrizaje suave, analizará el suelo y emprenderá investigaciones científicas de largo plazo
Complejo de lanzamiento del cosmódromo de Vostochni. Foto: Sputnik.
Complejo de lanzamiento del cosmódromo de Vostochni. Foto: Sputnik.

Con base en reportes de la agencia Sputnik, la embajada de Rusia en México informó que esa nación envía al polo sur de la Luna su primera estación automática de la historia moderna para buscar agua, perfeccionar la tecnología de aterrizaje suave, tomar y analizar el suelo y llevar a cabo investigaciones científicas a largo plazo.

La masa de la nave espacial de la misión Luna.25 es de mil 750 kilogramos y la del equipo científico —instrumentos científicos, complejo manipulador lunar (LMK) y sistema de televisión de servicio— es de 30 kilogramos, con velocidad de transmisión de información científica no inferior a 4 Mbit/s y un alcance máximo de la radiocomunicación de 410 mil kilómetros.

En cuanto a estructura, consta de dos partes principales: la inferior es la plataforma de alunizaje y la superior es un contenedor de instrumentos no hermético que incluye equipos científicos, radiadores del sistema de régimen térmico, electrónica, paneles solares, fuente de calor y energía radioisotópica, cámaras de televisión y antenas.

La estación utiliza un contenedor de instrumentos ligero. Esto redujo el peso de la nave y permitió utilizar más instrumentos científicos en el estudio.

Sputnik informa que la plataforma de alunizaje es una estructura formada por un sistema de propulsión y un dispositivo que garantizará un alunizaje suave de la nave espacial. El sistema de propulsión proporcionará la corrección de la trayectoria durante el vuelo de la estación a la Luna, la entrada en la órbita del satélite artificial lunar, la deceleración durante el descenso de la órbita y el alunizaje suave en la superficie de la Luna a una velocidad cercana a cero.

La plataforma lleva antenas de radio de servicio, sensores de contacto con la superficie y un medidor Doppler de velocidad y alcance. Dado que la misión es automática, todo el plan de vuelo se programa previamente en la Tierra y se carga en el ordenador de a bordo desarrollado específicamente para la misión Luna-25.

El ordenador procesa todos los datos recogidos por los instrumentos, genera telemetría y la transmite al complejo científico terrestre, así como recibe órdenes de la Tierra, las analiza y emite instrucciones de destino al sistema de propulsión y a los sistemas de servicio.

El sistema de alimentación eléctrica instalado en el vehículo consta de tres componentes clave. El primero son los paneles solares, montados directamente en el contenedor de instrumentos. También hay una batería acumuladora especial y dispositivos que estabilizan el voltaje y controlan la distribución de energía a todos los instrumentos instalados en el vehículo.

Para garantizar el funcionamiento de los instrumentos en las condiciones de la fría noche lunar, en el aparato hay unidades térmicas basadas en un generador termoeléctrico de radioisótopos. Durante la noche proporcionan el régimen térmico para mantener el rendimiento de los instrumentos, se lee en el reporte difundido por la embajada rusa en México.

Se desarrolló un sistema de provisión de régimen térmico para los instrumentos que funcionan en condiciones espaciales consistente en paneles termoestabilizadores y un radiador, que juntos proporcionan la distribución del calor en todo el contenedor de instrumentos y, en consecuencia, descargan en el espacio el exceso de calor de los instrumentos. Además, se ha aplicado un revestimiento de material especial para proteger todos los instrumentos, los componentes del sistema de propulsión y decenas de sensores de los efectos de las bajas temperaturas espaciales.

La estación automática Luna-25. Foto: Sputnik.
La estación automática Luna-25. Foto: Sputnik.

Los instrumentos a bordo

El complejo de instrumentación científica consta de varios instrumentos: un espectrómetro de neutrones y rayos gamma ADRON-LR diseñado para estudiar la composición elemental y el contenido en hidrógeno del regolito (suelo lunar); ARIES-L estudiará la exosfera lunar (la capa exterior enrarecida de la atmósfera); la unidad de control de información científica se encarga de la conmutación de la alimentación eléctrica y el control de los equipos científicos, así como de recogida, almacenamiento y transferencia de información científica telemétrica a los sistemas de a bordo de la nave espacial.

También lleva LAZMA-LR, un espectrómetro láser de masas que está diseñado para medir la composición química, elemental e isotópica del regolito con igual probabilidad de registro de todos los elementos químicos; el espectrómetro infrarrojo LIS-TV-RPM estudiará la composición mineralógica de la capa superficial del regolito y su contenido de agua (en forma implantada o ligada) en los espectros visible e infrarrojo.

Asimismo, llevará el instrumento PML (abreviatura de “monitor de polvo de la Luna” en ruso) diseñado para estudiar las características físicas de la exosfera de polvo lunar y del regolito superficial dispersado bajo la acción de impactos micrometeoríticos, así como el manipulador LMK (abreviatura de “complejo manipulador lunar” en ruso) que garantizará la entrega de muestras de regolito al instrumento LAZMA-LR, estudiará las propiedades mecánicas del regolito y apuntará el LIS-TV-RPM a objetos situados en las proximidades de la nave espacial.

Luna-25 también transporta el complejo STS-L de ocho cámaras. Incluye dos cámaras de alunizaje que se instalan en la parte inferior de la nave y miran la superficie durante el alunizaje. Los datos que se obtengan de ellas se utilizarán para crear un sistema de alunizaje de alta precisión para las próximas misiones lunares.

Después del alunizaje, dejarán de funcionar. Además de ellas, hay cuatro cámaras panorámicas en distintos lados del vehículo y cámaras estereoscópicas que vigilarán la LMK. Están montadas en el mismo lado que el manipulador y miran a la zona de trabajo cercana a la nave espacial, donde se llevarán a cabo la excavación y la toma de muestras.

Sputnik informó que Luna-25 viajó al satélite natural de la Tierra ayer 11 de agosto de 2023. Tras el lanzamiento y la separación del cohete, la etapa superior enviará la estación automática en la trayectoria de vuelo hacia la Luna, que se prevé que dure cuatro o cinco días. A continuación, la estación deberá entrar en órbita alrededor de la Luna, tras lo cual cambiará de órbita varias veces a lo largo de los próximos días para efectuar un alunizaje.

El alunizaje será en el sector oriental de la región polar sur de la Luna. La zona principal se encuentra al norte del cráter Boguslavski. Hay dos zonas de reserva: la primera está al sur del cráter Manzini y la segunda al sur del cráter Pentland-A.

En términos de alunizaje, Luna-25 es fundamentalmente diferente de sus predecesores: las estaciones lunares soviéticas aterrizaron en la zona ecuatorial, pero la nueva estación deberá realizar un alunizaje suave en la región casi polar con un terreno complejo. Está previsto que los trabajos científicos de la estación duren un año.

El polo sur de la Luna, destino ruso. Foto: Sputnik.
El polo sur de la Luna, destino ruso. Foto: Sputnik.

La misión Luna-25 abre un nuevo capítulo en la exploración del satélite de nuestro planeta. Permitirá poner a punto la tecnología de alunizaje suave en la superficie de la Luna que se utilizó por última vez hace casi medio siglo. Además, el alunizaje se realizará en zonas hasta ahora inaccesibles. La estación servirá como demostrador de las últimas tecnologías en el campo de la radioelectrónica y la automatización, que podrán aplicarse a vehículos posteriores más sofisticados.

 

 

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