Microcuentos
Si no puedes contra el enemigo…
No pudo ya más. En vez de aborrecer a su insomnio, mejor intentaría hacerse su amigo.
Así, planeó todo para coincidir con él esa madrugada (es bien sabido que los insomnios tienden a ser más flexibles y amistosos a esas horas). La estrategia era perfecta, nada podía salir mal, pero se quedó dormido.
¡Un radical!
-¡Soy imparcial! ¡Reconozco los aciertos y cuestiono los errores!
Respondió implacable y determinante al ser cuestionado.
Acto seguido, fue llevado al paredón y fusilado por ser un moderado de extrema.