La humanidad siempre ha soñado con entender el Universo y estudiar el pasado; por eso, fue lanzado al espacio el telescopio James Webb, un observatorio espacial que estudiará las galaxias más antiguas, ese observatorio ha sido construido y operado por la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense.
Todo comenzó hace 13 mil 800 millones de años, cuando de las fluctuaciones del vacío surgió una energía y en una microfracción de segundos se expandió mil millones de veces a través de un proceso llamado inflación cósmica. Cuando por fin se detuvo surgió el Universo que hoy conocemos, pero que continuó expandiéndose y enfriándose.
Al respecto, Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, explicó en una entrevista para la Gaceta UNAM que este telescopio estudiará el Universo a través de la luz infrarroja.
Actualmente lleva el 60 por ciento de su ruta y al llegar a 1.5 millones de kilómetros de distancia de la Tierra estará listo en su posición para estudiar al Universo. Cuando llegué a su destino final alineará sus espejos, se enfriará a una temperatura cercana al cero absoluto, y así estudiará los rastros de las primeras estrellas y galaxias.
Al estar en el espacio a merced de la luz del Sol y la Luna es más difícil observar a la lejanía, por ello, el telescopio James Webb posee una sombrilla que le permitirá cubrirse de esta luz y también enfriarse en todo momento. Además, orbitará a la Tierra a su misma velocidad, para a su vez acompañarla en torno al Sol.
El telescopio James Webb cuenta con un espejo compuesto por 18 segmentos hexagonales, que combinados crean un espejo de un diámetro de 6.5 metros, un gran aumento a diferencia del telescopio Hubble de 2.4 metros.
¿Cómo estudiará el pasado?
La Luz infrarroja que proviene de los diferentes astros del Universo tarda muchísimo tiempo en llegar hasta nosotros. Por ejemplo, el Sol que se encuentra a una distancia de 150 millones de kilómetros de la Tierra, su luz tarda en llegar aproximadamente 8 minutos.
En cambio Alfa Centauri, que es la estrella más cercana de nosotros, está a una distancia de cuatro años luz, por ello su radiación tarda mucho más tiempo en llegar. Por esta razón, el James Hobbes estudiará el pasado.
De hecho, el Universo se está dilatando, y esto hace que la luz azul y violeta del Universo también se dilate y en consecuencia se vuelve infrarroja. Es decir, “la luz que solía ser roja o violeta se vuelve infrarroja”.
Telescopio James Webb, a futuro
Mientras se construía el telescopio James Webb se descubrieron varios planetas extrasolares. De hecho, se ha planteado que éstos absorben la luz infrarroja a través de sus atmósferas y que probablemente poseen moléculas muy importantes para la vida como son el agua, el metano y el CO2.
Así, el telescopio James Webb también se utilizará para observar estos planetas extraterrestres y averiguar si tienen algún tipo de vida.
Aunque faltan meses para que este observatorio empiece a funcionar, “los astrónomos están felices porque todos sus datos estarán a disposición de la comunidad”.
“El telescopio James Webb nos ayudará a entender la historia del Universo, que surgió hace 13 mil 800 millones de años y ¿por qué no? También podremos descubrir cosas nuevas”, concluyó Julieta Fierro Gossman.
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Space telescope radiators: they’re instrumental!
Our “trap door” is now open: the ADIR (Aft Deployable Instrument Radiator) has swung out from the back of the telescope to radiate heat from our science instruments into space. https://t.co/os8QVTpzN3 #UnfoldTheUniverse pic.twitter.com/kwAhvGoRAw
— NASA Webb Telescope (@NASAWebb) January 6, 2022